A unos 75km de Murcia en dirección Almería llegamos a Lorca, conjunto Histórico-Artístico desde 1964.
Con uno de los cascos históricos más ricos e importantes del levante, Lorca aparece ya en el itinerario de la Via Augusta que unía los Pirineos con Cádiz e incluso se han encontrado restos que confirman que ya en el paleolítico estaba poblada. Su estratégica situación a medio camino entre levante y Andalucía la han convertido desde la antiguedad en un lugar codiciado por las distintas civilizaciones, de hecho fue durante mucho tiempo la frontera entre los reinos cristiano y musulmán.
El casco histórico está plagado de palacios blasonados y de escudos nobiliarios representativos de lo que un día fue la ciudad en todo su esplendor.
El sabor añejo que rezuman sus calles invita a callejear descubriendo los distintos edificios y palacetes que la pueblan, te llevarás más de una sorpresa como me ocurrió a mi.
He de confesar que esperaba mucho más de esta ciudad después de lo que había leído, pero el siguiente punto de la ruta compensa, sin lugar a dudas, el amargo sabor que puede llegar a dejarte el casco histórico.
El castillo, la Fortaleza del Sol
En lo alto del cerro nos espera el castillo, escenario perfecto para trasladarte a la Edad Media. Bastión defensivo en plena frontera entre los reinos cristiano y musulmán, han sabido reconvertirlo en un lugar para el ocio y el conocimiento.
Aunque el origen de sus murallas es islámico, la Corona de Castilla las aprovechó para levantar el principal bastión defensivo entre el reino cristiano y el emirato de Granada.
Nada más entrar, y después de pagar los 10 euros de entrada (más 2 del aparcamiento), te meten en lo que han llamado La Máquina del Tiempo, una especie de ascensor con un vídeo en el suelo donde te trasladan a la Edad Media. Momento absurdo donde los haya, sí, podrían ahorrárselo puesto que todos salimos pensando ¿qué ha sido esto?. Te pasas esos minutos esperando que ocurra algo, efectos especiales, que se mueva el habitáculo… pero no ocurre nada, el contador de años del vídeo llega a la Edad Media y la puerta que te da acceso al castillo se abre dejándote con cara de idiota. Ahora estás en el s.XIII :|.
Una vez en el castillo tu cara mejora, está cuidado y con el folleto que te dan tienes información suficiente para seguir la ruta recomendada. El paseo lo han convertido en una especie de guía en vivo por los distintos elementos de la fortaleza, de manera que tienes personajes que te van relatando las vicisitudes de la época, la historia y la forma de vida dentro del castillo. Además, con la entrada, te dan un aparato como los traductores para turistas de toda la vida pero en el que puedes escuchar información detallada de cada uno de los elementos que conforman la fortaleza. Una buena idea.
Si tienes pensado ir con prisa ólvidalo, conocerlo bien lleva su tiempo, es un castillo grande y con bastantes paradas si te interesa la historia. Yo, que iba con prisa, estuve dos horas recorriéndolo, e insisto en que tenía prisa y no me podía parar mucho. Tenía capacidad para unas 3.000 personas, con lo que te puedes hacer una idea de su tamaño.
Lo primero que te encuentras es el lado desde el que se vigilaba al reino enemigo, el de Granada. Una inmensa planicie desde la que el vigía tenía controlada casi toda la frontera con los musulmanes, y digo casi toda puesto que, según se ve allí mismo y tal como me relataba el vigía, hay una pequeña loma en el medio que ciega la vista de esa zona. “¿Qué ocurre si el enemigo viene desde la loma?”, le pregunto, “que tenemos un problema”, me contesta 😛 . Y ante los problemas, hacemos sonar el cuerno 😛 .
El castillo tiene dos torres del homenaje, la del Espolón (desde la que se ha hecho la foto de arriba) y la Alfonsina (la que se ve en la foto). La primera torre está totalmente abierta al público y puedes subir hasta arriba del todo, teniendo unas vistas impresionantes no sólo del castillo en sí mismo sino de todo el territorio que dominaba.
Esta es la torre del Espolón desde el otro extremo del castillo.
A lo largo de toda la ruta hay actores ataviados con trajes medievales que representan a los distintos sectores de la población de la época y que te contarán historias de sus vidas, de sus trabajos y de la historia. En esta imagen podemos ver al filósofo, un tío simpático que me contó una bonita historia con moraleja final. Además de éste también está el vigía del reíno enemigo, el herrero, el alquimista, el cantero y alguno más que no recuerdo. Todos ellos hacen que durante la visita te sientas integrado en la historia de la Edad Media.
El castillo tenía dos aljibes, el grande y el pequeño 😛 . El grande se ha convertido en exposición permanente de las dos formas de entender el mundo, la cristiana y la musulmana, mientras que el pequeño, que garantizaba el suministro de agua en caso de asedio, tiene una exposición sobre el agua y la huerta a través de la historia.
Todas las panorámicas del castillo dan idea de su magnitud y de lo que debío representar en su día como elemento defensivo y construcción inexpugnable.
En definitiva, el de Lorca no es un castillo más, es un gran castillo convertido en un lugar de ocio para la historia y el conocimiento de la vida de nuestros antepasados.
[…] lo más guay del castillo fue la torre POLÓN y donde se entrenaban lo soldados para entrenarse hay una cuerda,sacos… es lo mejor del mundo quiero que todo el mundo vea LORCA Y EL CASTILLO que entreis a la torre POLÓN y a la torre ALFONSINO ¡¡¡¡¡¡¡ ES LO MEJOR !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Al comentario de arriba: es torre del ESPOLÓN y torre ALFONSINA