Desayuné en Valencia, comí en París y cené en Valencia. Fin a una semana de estrés y tensión.
Hace un par de semanas, nos avisaron un viernes a mediodía de que teníamos que exponer oralmente (en inglés) la parte ténica de un proyecto al que nos habíamos presentado ante un comité de expertos de nuestro potencial cliente. La reunión sería el martes siguiente, así que tendríamos tres días, de los cuales dos eran fin de semana, para preparar nuestra presentación. Conseguimos posponerlo hasta el jueves, así que allí nos fuimos Guillermo y yo hacia París tras una semana trabajando como chinos (con todo el respeto al colectivo oriental).
Estas son nuestras caras a las seis de la mañana en el aeropuerto de Valencia, sin apenas haber dormido en los cinco días anteriores y con los nervios a flor de piel.
Impresionante la vista aérea de los Pirineos con ese manto de nieve…
Ya desde nuestra llegada a París el inglés se convirtió en nuestro idioma, no sólo con el cliente sino también con nuestros partners en Francia. Al final fueron cerca de 8 horas hablando y pensando exclusivamente en inglés.
La presentación consistía en tres partes:
- Arquitectura funcional
- Arquitectura técnica
- Calidad y SLA
Yo exponía la segunda. Habíamos preparado concienzudamente el contenido de nuestras presentaciones puesto que, además de comentar nuestra solución al proyecto, era más que probable que nos disparasen cañonazos de preguntas, como así fue.
Inicialmente estaban estipuladas dos horas de exposición, pero al final estuvimos cerca de dos horas y media vendiendo nuestra idea y nuestra solución. Mi exposición en particular se alargó más de una hora con constantes intervenciones de los asistentes por parte del cliente y al final se abrió un pequeño “ruegos y preguntas” aunque prácticamente se había contestado todo sobre la marcha.
Parece que les gustaron nuestras ideas y opiniones a los galos.
Al final, entre que se nos alargó la exposición más de la cuenta y que el tráfico en París es un caos, estuvimos a punto de perder el avión de vuelta.
La prueba de que, en efecto, era París 😛 .
Conclusiones
¿Qué he aprendido de esta experiencia?
- Tenemos muy mal concepto de nosotros mismos al hablar en inglés, tal como nos decía uno de nuestros colaboradores en Francia, habláis claro y fluído, más que suficiente para mantener una conversación sin dificultades. Puede que gramaticalmente no sea perfecto, pero entendéis y se os entiende y se puede mantener una conversacion con vosotros sin ningún problema. Nos puso como ejemplo a los indios (de la India), que hablan un inglés gramaticalmente perfecto pero a los que no se les entiende absolutamente nada por el acento que tienen. He hecho muchas referencias al inglés porque, en realidad, era nuestro único problema. Ni hablar en público ni exponer tus conocimientos nos supone un problema, la parte técnica la tenemos ampliamente controlada, no en vano es nuestro trabajo. La barrera idiomática sí que es un hándicap, y salimos airosamente. Sólo decir que acabamos hablando de la crisis y de la burbuja inmobiliaria en España 😉 .
- Otro de nuestros partners salía de la reunión asombrado de la manera en que habíamos sacado adelante la situación, en cómo habíamos jugado nuestras cartas ante la indiferencia inicial del cliente y su interés final. Y todo esto “en inglés”. A veces las cosas son mucho más sencillas de lo que creemos. Si no vendes humo, si conoces el entorno y la materia sobre la que tienes que hablar, es difícil que te dejen quedar mal. Recuerda también que, igual que no hay que decir sí a todo sin razón, NO hay que saberlo todo y no es malo decir “No lo sé, no dispongo de esa información, pero mañana podría enviarosla por email“.
- A veces nos sentimos cohibidos a la hora de tratar con clientes como importantes y conocidas multinacionales, sin embargo, ten en cuenta que:
- si buscan externalizar un servicio es porque necesitan a alguien como tú.
- si te han llamado para que les cuentes de viva voz tu propuesta es porque algo en ella les ha gustado o llamado la atención
- es difícil que alguien escoja un partner para un proyecto sin ver la cara de la gente que trabajará en él (no sólo técnica, también comercialmente), cuestión de confianza. Más aún si ellos son franceses y tu español.
- es posible que lo que para ti es la mejor solución al problema, por obvia que parezca, no se le haya ocurrido antes a ninguno de los otros potenciales candidatos y el cliente se sorprenda de lo que le propones.
- No lo había pensado antes pero es importante que el cliente participe y pregunte durante tu exposición, significa que le interesa lo que le estás contando. Si te pasases dos horas hablando sin que te interrumpiesen, probablemente estarían, además de dormidos, pensando en lo que van a hacer después de que termine “este pesado”, es decir, no le interesa tu propuesta. No tengas miedo a las preguntas, si hay preguntas es porque están atentos a tu exposición.
Y esto es todo. A pesar de la tensión de esta semana, es probable que nos haya venido muy bien como ejercicio práctico tanto de conversación en inglés como de exposición “colaborativa” de un proyecto. Despues de esto creo que nos va a tocar más veces repetir experiencia en otros países.