El pasado fin de semana, y aprovechando una buena oferta que me había pasado David, decidimos pasarlo en Benidorm, no es el mejor sitio para ir pero la oferta de hotel con spa era llamativa. De paso aprovechamos para visitar las Cuevas de Canelobre que tenía apuntadas en mi agenda desde hacía tiempo.
Nos alojamos en el Hotel Dynastic, en la punta más al este de la playa de Levante y dimos buena cuenta del ¿spa?, bueno, dejémoslo en una piscina con algunos chorros de agua. Hoy en día parece que poner “Hotel SPA” es sinónimo de más clase y da igual cómo sean las picisinas.
El domingo por la mañana aprovechamos para pasear por la playa e hicimos estas dos fotos, playa de Levante y playa de Poniente desde la confluencia de ámbas, en lo que es el pueblo original. Cada uno que opine lo que quiera sobre el desarrollo urbanístico y el modelo turístico.
Era la segunda vez que estaba en Benidorm, la primera fue hace casi 10 años y no es que me acuerde mucho, pero me quedé impresionado con la cantidad de gente que había, la mayoría ingleses. Muy extraña la sensación de estar a 140km de tu casa, en tu mismo país, y tener que hablar en inglés para que te entiendan y te acaben poniendo un café con leche en tazón de desayuno porque no entienden eso de “café largo” 😛 .
Cuevas de Canelobre
El sábado por la mañana nos acercamos a estas cuevas en el municipio de Busot, perfectamente señalizadas desde varios kilómetros antes de llegar a la localidad, a unos 40km de Benidorm.
Según crónicas árabes encontradas, estas cuevas fueron descubiertas allá por el año 740 por los árabes que penetraron en su interior a través del único paso que había hasta la Guerra Civil, situado a la derecha, en un alto de difícil acceso. Hoy se entra por aquél pasadizo de 40m de largo que abrió el ejército republicano.
Esta cueva es la más alta de España, con una bóveda de 70m de altura que la asemeja a una catedral con una acústica natural fantástica, de hecho se utilizan para pequeños conciertos.
El nombre de las cuevas “Canelobre” viene de la mayor de las caprichosas figuras creada por el agua durante más de 100.000 años, un candelabro, canelobre en valenciano.
Desde el s.XIX se realizan ya visitas a la cueva y las crónicas hablan de conjuntos de estalacticas y estalagmitas verdaderamente impresionantes, hoy prácticamente desaparecidos. La apertura del nuevo túnel de acceso con dinamita provocó la caída de miles de conjuntos creados por la acción del agua sobre la roca caliza. Otros fueron directamente cortados por manos del hombre.
Durante la Guerra Civil las cuevas fueron utilizadas por el ejército republicano como refugio, polvorín y como taller de reparación y montaje de motores del avión Polikarpov I-16 Tipo 5 y 6, conocido como “Mosca”. Como ya he comentado, fue el ejército republicano quien abrió el actual acceso dinamitando los 40m de roca que se han convertido en el túnel de entrada.
En el interior de la cueva construyeron tres plataformas a distintos niveles, lo que da fé de la altura que tiene la cueva. Todavía pueden verse en algunas paredes los agujeros sobre los que se apoyaban las vigas donde reposaban las plataformas. Tras la contienda fueron destruídas hasta que en 1963 se construyeron las actuales y los accesos adecuados para las visitas turísticas.
La guía nos relataba como cuándo ella era niña, hará unos 30 años, todavía había agua en el interior de la cueva, en la parte inferior, pero que probablemente la perforación de varios pozos de agua hacia la zona de El Campello habría acabado por secarla del todo.
Al parecer los espeleólogos han encotrado otras dos cavidades en la misma montaña de mayor belleza que la visitable, pero habilitar el acceso a turistas implicaría destruir parte de ésta actual, con lo que es poco probable que algún día sean visitables por el gran público ya que se accede tras sortear varios cientos de metros de estrechos pasadizos y una caída final de 60 metros de altura.
Ahora mi opinión personal. Esperaba mucho más. Impresiona la altura y amplitud de la bóbeda, pero echas en falta conjuntos estalagmíticos. Que sí, está claro, la Guerra Civil acabó con ellos, pero resultan mucho más impresionantes las Grutas de Cristal que visité hace unos meses. Aún así, merece la pena una escapada.