Hace unas semanas aprovechamos un fin de semana para acercarnos a Alcoceber (Alcossebre en valenciano), en la costa castellonense para, desde allí, hacer algunas excursioncitas. Había estado por esa zona allá por el año 2000 o 2001 y guardaba un grato recuerdo de ella, mucho menos saturada que la mayoría de la costa mediterránea, y no me defraudó.
Alcoceber es un encantador pueblo costero víctima del turismo como la mayoría de la costa, aunque en menor medida que los demás. Se aprecia el desarrollo urbanístico pero bastante comedido para lo que se suele ver por aquí.
La mañana del sábado la pasamos paseando por la costa y por el pueblo, hacía un día bastante insípido, nublado por momentos y soleado en otros, pero la playa estaba sencillamente preciosa con el mar un poco picado.
Al atardecer dedicimos acercarnos a cenar a la vecina localidad de Peñíscola (apenas 30km) pero la lluvia deslució nuestra velada. Me encanta este sitio (fuera de la temporada estival, claro). Estuve hace 4 ó 5 años visitando el castillo y me pareció fantástico en aquel momento. Esta vez no pudimos entrar ya que se había hecho muy tarde y estaba cerrado 🙁 , pero aprovechamos para pasear por el casco antiguo del pueblo, tomar unas cañas, y, como no, hacer algunas fotos de las dos bahías, ya que Peñíscola es casi una isla amurallada (bueno, una península 😛 ).
Me encanta como me quedaron estas fotos de noche, con paciencia, y eso que estaba lloviendo y tenía que sujetar el paraguas 😛 . Fijáos en la apariencia de manto que tienen las aguas.
El casco antiguo se presenta imponente de noche, con sus estrechas, empedradas y empinadas callejuelas, todas bien iluminadas para realzar el conjunto amurallado.
El castillo se conoce como del Papa Luna por Benedicto XIII, nombrado Papa en 1394 a la muerte de Clemente VII. Francia se opuso a su nombramiento pese a haber sido elegido por 20 de 21 votos ya que no podrían influenciar en él, además de que era súbdito de la Corona de Aragón, llegándose al Cisma de Occidente, donde llegó a haber tres Papas simultáneamente y que terminó con el Concilio de Constanza, dónde fueron depuestos los tres y elegido Martin V, que llegó incluso a intentar el envenenamiento del Papa Luna. Benedicto XIII siempre defendió su papado al ser nombrado cardenal antes del Cisma, pero finalmente las decisiones conciliares fueron superiores a sus ideas.
A su muerte se eligió en el mismo Castillo de Peñíscola a Clemente VIII, que terminaría abdicando por cuestiones políticas en favor de Martin V en San Mateu, cerquita de Morella.
La historia del Papa Luna está repleta de hechos e historias milagrosas. Una de las más conocidas es la que asegura que con su manto y su báculo podía ir caminando sobre las aguas del Mediterráneo desde su castillo hasta Roma. ¿Teletransportación medieval? 😛
La lluvia nos aguó la fiesta en Peñíscola, así que decidimos regresar a Alcoceber a la hora de cenar y acostarnos pronto para aprovechar la mañana del domingo (si el tiempo lo permitía).
De regreso a nuestro punto de partida buscamos dónde cenar y nos llamó la atención algo parecido a un asador vasco, en la zona de bares y restaurantes del puerto deportivo de Alcoceber, en la parte interior, el primero subiendo desde el sur. Lo siento, no recuerdo el nombre. Restaurante Asador Guetaria.
La cena fue increíble, en el segundo plato entenderéis porque. Ya sé que algunos echábais ya de menos fotos de comida en mis artículos 😛 .
Pedimos de primero revuelto de gulas con gambas. Para mi exquisito, mi acompañante no pudo disfrutar de este plato ya que no le gusta nada que lleve o huela a cebolla… más me toca 🙂 .
Aquí viene lo verdaderamente importante de la cena. Con la emoción me olvidé de la foto de rigor, así que la tuve que hacer después de acabarlo, aún así creo que se aprecia perfectamente la magnitud del chuletón de buey que nos metimos entre pecho y espalda. Nada más y nada menos que 1,4kg de uno de los mejores chuletones que he comido en mi vida, bien servido en una bandeja que mantiene el calor, si no a mitad de chuletón estaría ya congelado. Y es que por mucho que presuma de que me encantan los pescados y los arroces, soy carnívoro por naturalez, aquí ha quedado demostrado.
Después de semejante cena no pudimos más que acostarnos y dormir, aunque eso es un decir. Tremendo temporal que hizo ese día por la noche, parecía que el hotel iba a salir volando. Cual sería nuestra sorpresa, sin embargo, cuando al levantarnos el domingo nos topamos con un bonito día soleado, o lo más parecido a eso que se podía tener en aquellas condiciones.
El temporal había dejado la playa totalmente encharcada, las olas debieron de ser gigantestas, pero ahora el mar se presentaba antes nosotros en toda la brabura que puede dar el Mediterráneo.
Después de desayunar y dar un paseíto por la playa nos acercamos hacia otro de mis destinos pendientes (siempre digo lo mismo, ¿no?), el Castillo de Xivert.
Tomando la carretera nacional en dirección a Peñíscola y justo tras dejar a mano izquierda una gasolinera y a mano derecha el desvío a Alcalá de Xivert, se encuentra un pequeño y mal señalizado (y recalco lo de pequeño) desvío a mano derecha que conduce al castillo. Tras unos minutos de pista asfaltada donde comenzamos a divisar el edificio, habrá que tomar una pista de tierra a mano izquierda. Me habían avisado que la pista sería intransitable con un turismo, pero nada más lejos de la realidad, aún a pesar de la tormenta de la noche anterior, la pista estaba perfecta para el coche. Tras unos 7km de pista llegamos a una especie de merendero, ahí dejamos el coche y seguimos las indicaciones que, tras 100 ó 200m de sendero a pie por el bosque, nos deja a los pies del castillo.
En plena Sierra de Irta se alza monumental este castillo de origen árabe reconquistado por Jaime I en 1234 (tras tomar precisamente Peñíscola) y entregado a la Orden del Temple. Las dos gigantescas torres circulares unidas entre sí que le dan la majestuosidad que tiene, fueron obra de los Templarios. Dicen que es uno de los más bellos y completos de toda la Comunidad Valenciana. Doy fé, me pareció increíble, sin restaurar apenas se mantiene imponente. Ahora mismo están realizando tareas de restauración, lástima, por lo poco que he visto creo que no me va a gustar lo que van a hacer…
En los alrrededores del castillo se encuentra el antiguo poblado, bien señalizado por el sendero del bosque que os comentaba anteriormente. Al llegar verás una gran puerta de hierro, abre el cerrojo, no está cerrado con llave 😛 . Este espacio, rodeado también de murallas, fue el resultado de la ampliación que realizaron los árabes para albergar a la población y al ganado y protegerlos de las amenazas.
Supongo que los que me seguís os habreis dado ya cuenta de que soy un apasionado de los castillos, hay muchas referencias a ellas en mi blog. Pues bien, éste es alucinante por que NO está restaurado, al menos no todavía, y se conserva fantásticamente para tener más de 1000 años, sí, has leído bien. Si os gustan los castillos y el contacto con la naturaleza, os lo recomiendo encarecidamente, podéis incluso subir hasta el castillo por la ruta de senderismo que lleva directamente a él.