Continuamos con la historia de las vacaciones. Lo habíamos dejado en Combarro, tomando el pulpo de aperitivo.
Estampas de Pontevedra
Esa tarde no tenía mucho que hacer y encima el tiempo no acompañaba a mucho más. Pensé en ir a dar una vuelta a Cabo Home o a Cambados, pero al final me decidí por dar una vuelta por Pontevedra con mi hermana, mi cuñado Ramón y mi sobrinita. Nunca falla, Pontevedra está impresionante, nunca me cansaré de repetirlo, después de visitar Santiago debes venir a Pontevedra. Decía Alvaro Cunqueiro:
Un vivir artesán e mariñeiro,
unha nobre fidalguía dentro das súas murallas,
Pontevedra sempre será loada,
pola súa beleza e a súa cultura.
Un vivir artesano y marinero, una noble hidalguía dentro de sus murallas, Pontevedra siempre será alabada por su belleza y su cultura.
Hoy veremos algunos rincones menos típicos.
Vista del Río Lérez a punto de transformarse en ría, con el Puente del Burgo en primer plano.
Cambados, cuna del Albariño
Esta mañana tampoco hacía buen tiempo, así que tras levantarme y pensar a dónde ir, me decidí por Cambados. Estaba ya en el garaje cuando me llamó Marcos, así que lo recogí y allí nos fuimos los dos.
Catalogada como conjunto histórico-artístico y enclavada ya en la ría de Arousa, bien merece la pena hacer un recorrido completo desde el barrio marinero de Santo Tomé hasta el señorial de Fefiñáns. Por el camino disfrutarás de infinidad de pazos y más pazos. Que no, que no todo es contrabando en la Ría de Arousa ni en Cambados 😛 . Interesante también las ruinas de la Torre de Sadurniño, levantada en el s.X por orden del Obispo Gelmirez de Santiago para defender la ciudad de los ataques vikingos, creando una línea de defensa junto a las torres de A Lanzada y la de Catoira.
Cambados es hoy en día mundialmente conocida por el Albariño, cuya fiesta celebra el primer fin de semana de agosto. Por cierto, llevo tres meses buscando un concierto de Deluxe cerca de casa y van y tocan la semana que viene en Cambados (cuando yo ya estaré de vuelta en Valencia).
Ruínas de la Iglesias de Santa Mariña, declaradas Monumento Nacional en 1943.
Y como no, el habitual aperitivo, hoy… chipirones.
Santiago en el día del Apostol
Esta tarde improvisamos un interesante plan. A pesar de tocar Johnny Winter en la Praza da Ferrería en Pontevedra, hice de tripas corazón puesto que me apetecía el otro plan: Santiago de Compostela la noche del día del Apóstol. Muchos años había estado ahí esa misma noche con mis colegas de siempre (un saludo de paso a todos ellos, Juanpe, Ramiro, Dasi, Tito, Javi, Paysa, Lojo), de fiesta, bebiendo y bailando hasta el amanecer, sin embargo nunca había visto la quema de la fachada de la Catedral, el acto por excelencia de este día en Santiago. A pesar de la lluvia decidimos tomar posiciones a eso de las 22:00, bocata de calamares en mano. Os aseguro que los otros años que había estado esa noche era imposible caminar por las calles de la zona vieja de Santiago, pero este se movía uno a gusto.
Y comenzó el espectáculo de luz y sonido. Sobran las palabras.
Creedme que vale la pena, en el vídeo no se aprecia con la magnitud real.
Después, unas tapas (tabla de quesos, pimientos de Padrón y chorizos), una vuelta por la Alameda y a hacer un poco el tonto (por no variar).
Esta se la dedico a Xusa con cariño 😉 .
Para terminar, unas copas en A Casa das Crechas, todo un clásico de Santiago.
Y un paseo nocturno. Si hace unos meses os mostraba Santiago de día, no debéis perdéroslo de noche.
Santiaguiño do Burgo
Cuenta la leyenda que en su camino evangelizando Galicia, el Apóstol Santiago paró exhausto en una casa de la Rúa da Santiña de Pontevedra. Los dueños de aquella casa le dieron cama y comida y, en agradecimiento, el Apóstol bendijo las fincas de aquélla familia. Desde aquel día el maíz y el vino de esas fincas maduran más de un mes antes que el del resto de las fincas. Realidad o ficción popular (sabéis que religión y yo somos malos amigos), lo cierto es que, en efecto, ese maíz y esas uvas están maduras el 24 de julio en que se recogen en procesión para acompañar la imagen del Apóstol. Este es mi barrio, O Burgo, ahí nací y me crié. Como dice la abuela de Marcos,
Da Santiña para abaixo xa non é Lérez, é O Burgo.
De la Santiña hacia abajo ya no es Lérez, es O Burgo.
Desde entonces mi barrio celebra las fiestas de Santiaguiño do Burgo. Este año, después de 9 años sin estar aquí estos días, he podido disfrutarlas un poco con mi familia. Además la ahora parroquia de Santiaguiño es parada obligatoria del Camino Portugués a Santiago y para colmo pasa justo debajo de mi ventana. Aún recuerdo cagarme en todo cuando un domingo a las 10 de la mañana me despertaban los peregrinos a caballo o cantando a voz en grito… que algunos tenemos resaca oiga!.
Fin de la segunda parte. Atentos al tercer y último capítulo, promete ser apoteósico.
¡El tercero será el mejor! Sobre todo porque aún hay que procesar los 400 MB de fotos de hoy 😉
¡Menudo día! Planeando planeando… 😉