Usando Amazon S3 como sistema de backup

Estoy tratando de mejorar el sistema de backups que utilizo habitualmente usando Amazon S3 como plataforma de almacenamiento. S3 (así como otros servicios Cloud de Amazon) tienen dos ventajas importantes, por un lado la disponibilidad, del orden del 99,99% y por otro el precio, altamente competitivo, cobran por espacio utilizado y por peticiones realizadas pero aún así sale por un precio espectacular.

Nuestro backup es del orden de 40gb, y, si el sistema va bien, planeo utilizarlo también para backups personales (fotos sobre todo :P).

El requerimiento básico es que la sincronización se realizará de manera automatizada desde un servidor Linux con lo que el sistema debe permitir el envío desatentido.

Buscando por ahí como hacerlo encontré FuseOverAmazon, un sistema basado en Fuse que permite montar un “bucket” de S3 como si fuese una unidad local y sobre la que posteriormente podríamos utilizar rsync. ¿Qué más se puede pedir? Dicho y hecho, vamos a probarlo. En mi caso utilizo CentOS.

yum install fuse fuse-devel curl-devel libxml2-devel
wget http://s3fs.googlecode.com/files/s3fs-r191-source.tar.gz
tar xvfz s3fs-r191-source.tar.gz
cd s3fs
make
make install

Vamos a probarlo.

/usr/bin/s3fs nombrebucket -o accessKeyId=TUACCESSKEYID -o secretAccessKey=TUSECRETKEY /mnt/s3

Si todo ha ido bien tendrás montado en /mnt/s3 tu “nombrebucket” y podrás listar los archivos, copiar, eliminar, etc., como si fuese una unidad del equipo. Hasta aquí todo ha ido bien.  Sólo nos queda sincronizar nuestro backup:

/usr/bin/rsync -avz --delete /usr1 /mnt/s3

Y aquí es donde viene el problema. En mi caso han pasado 4 días y aún no ha pasado del 10% de la sincronización, funciona todo bien pero la sincronización es extremadamente lenta, no sé si estoy haciendo algo mal, si es normal, o no, pero es imposible de utilizar así.

Como la idea no ha sido del todo buena, tenemos un plan B. Se trata de utilizar s3sync, un script en Ruby que hace el proceso muy sencillo, sólamente hay que configurarlo indicando tus datos de acceso y a funcionar:

s3sync -r /mnt/backup nombrebucket:prefijo

Donde “prefijo” puede ser nulo.

Esto enviará a nombrebucket/prefijo/ tu backup.  De momento las pruebas son mucho más satisfactorias que con s3fs, la velocidad se puede considerar más que adecuada, sobre todo comparada con el anterior.

Como decía, de momento estoy probando el rendimiento y la velocidad, pero no estoy del todo convencido, así que estoy pensando en utilizar Amazon EC2 en vez de S3, de manera que lanzando una instancia de una máquina virtual pueda hacer un rsync clásico contra un sistema de ficheros de verdad. La ventaja es que la máquina virtual puedo lanzarla sólo cuando la necesite y pararla después, con lo que con una hora diaria podría ser suficiente, recordemos que Amazon EC2 cuesta, entre otras cosas, por cada hora que utilizas la instancia. Adicionalmente se podría hacer después un volcado del backup desde EC2 a S3, pero en nuestro caso los 40gb sería una limitación que encarecería el precio considerablemente aún en el caso de utilizar rotaciones semanales.

Ya os contaré :P.

Moya y Cañete

En la excursión de hoy nos adentramos en tierras de Cuenca para llevarnos una grata sorpresa. Nuestro punto de partida, Moya, estaba planeado, la continuación, Cañete, fue un descubrimiento casual. Las fotos no son muy buenas, el tiempo no acompañaba en absoluto, pero aún así no nos amedrentamos y pudimos disfrutar de la excursión pese al viento y la lluvia. Esta es la ruta:

Ampliar

Moya

Poco antes de llegar a tu destino te sorprende esta visión fantasmagórica, supongo que sería también por el día nublado que nos tocó a nosotros, pero tan fascinante que te impulsa a seguir acercándote más y más cual imán. En un pequeño cerro rematado en una explanada de unos 600m de longitud y entre las provincias de Teruel y Valencia (además de Cuenca, claro) se alzan los restos de lo que un día fue el Señorío de Moya.

DSC_0681 Una vez llegas a lo que es una pequeña barriada que aún queda en la parte baja del montículo (El Arrabal), una pista de tierra a mano izquierda te lleva hasta la entrada misma de la antigua villa medieval, no da mucha seguridad, es empinada y con un precipicio considerable, pero al final llegas arriba 🙂 .

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Pese a los robos sufridos tras el abandono del pueblo, todavía quedan en pie gran parte de los dos cordones de murallas que tenía la villa demás de algunas de las siete puertas de acceso.

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La mayor sorpresa llega al alcanzar la cima y tras entrar en el recinto amurallado, el castillo (s.XIII), parcialmente restaurado, te impacta en la mirada con su perfil perfectamente definido y su gran torre del homenaje en primer plano. Además están los restos de varias iglesias y el antiguo ayuntamiento recién restaurado también. No pudimos disfrutar como nos gustaría de la fortaleza debido al mal tiempo, pero nos resultó fascinante.

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Vamos con un poco de historia.

Pese a que se han encontrado restos anteriores a la Reconquista, es a partir de la repoblación que hace Alfonso VIII (cediéndola además a la Orden de Santiago) cuando comienza la verdadera y esplendorosa historia de Moya gracias a su privilegiada situación como “Llave de Reinos” al encontrarse entre los reinos de Castilla y Aragón.

Entre 1211 y 1231 fue objeto de importantes luchas religiosas entre las dióceis de Albarracín y Cuenca por hacerse con la fe de estas tierras que finalmente pasarían a pertenecer a la diócesis manchega.

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En varias ocasiones los moyanos se rebelaron contra los poderes, desde las Cortes Castellanas hasta el Marqués de Villena al que los habitantes rechazaron cuando Juan II le cedió Moya. Llegaron incluso a comprar la libertad de todo señor feudal convirtiéndose así en el Realengo de Moya, de manera que dependían exclusivamente del Rey, derecho que sería anulado en el s.XV.

La lealtad de Moya a Isabel I le valió la categoría de marquesado en 1480 cuando la reina cede Moya al matrimonio formado por su camarera y el marido de ésta.

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A partir de este momento comienza la mejor época de la localidad convirtiéndose Moya en cabeza del Marquesado y alcanzando gran importancia dado que era la única localidad castellana con acceso al río Turia. El destino quiso que las casas de Moya y Villena se uniesen finalmente en la tercera generación de los marqueses, alcanzando sus cotas más elevadas de esplendor hasta la llegada del s.XVIII en que comienza su decadencia con la desaparición de las principales familias.

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Todavía formará parte de la historia su papel en la Guerra de la Independencia y su resistencia contra las tropas de Napoleón, pero volvería a ser finalmente saqueada y destruida al igual que en las siguientes Guerras Carlistas.

El s.XIX cierra este capítulo de la historia con la desamortización que separaró los pueblos que formaban la jurisdicción y, con ella, la pérdida total de prestigio y el abandono progresivo de la población.

En los años 50 del s.XX Moya está ya completamente deshabitada y en estado de ruinas.

DSC_0667Hoy en día Moya es el conjunto de las ruinas de un pasado glorioso que pese a los expolios siguen ahí en pie para demostrar y dejar constancia de su paso por la historia, un paso que todavía se antoja grandioso y espectacular. En los últimos años se han realizado las primeras actuaciones con el objeto de recuperar parte del pueblo con la restauración del antiguo ayuntamiento y de parte del castillo.

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Es muy frecuenta toparte, curiosamente y aunque parezca extraño, con visitantes extranjeros que se acercan a contemplar este reducto medieval. Va a ser verdad eso de que no todos buscan sol y playa :|.

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Aquí podéis consultar toda la información que queráis sobre Moya, yo lo hice :P.

Hostería de Cañete

Mapa en mano y sin saber a donde dirigirnos decidimos ir hacia Cañete, no sé muy bien por qué, la verdad, y nos dio la hora de comer. Nos metimos directamente en la Hostería de Cañete, en la entrada del pueblo, sin tener ninguna referencia, y nos gustó. De ambiente rústico y agradable, tiene una pequeña cafetería muy acogedora con una gran chimenea y unos sillones que te empujan a echarte la siesta :).

Ya en el restaurante puedes disfrutar de las especialidades de la zona.

Sopa de gallina de corral, zarajos y morteruelo.

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Caldereta de ciervo

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Chuletillas de cordero

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Castillo de Cañete

Tras llenar el estómago y todavía embriagados por la lumbre de la chimenea, nos acercamos a visitar el castillo. ¿Castillo? ¿Qué castillo? Y es que a simple vista no parece que haya nada en lo alto de la montaña, pero sí, escondido entre las paredes encrespadas, se encuentra una fortaleza del s.X.

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Fijaos en esta imagen en la escarpada colina, menuda defensa natural tenía, no sabían nada los árabes :).

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Desde lo alto del castillo se conservan todavía las murallas defensivas que descienden hasta el mismísimo pueblo rodeándolo, cercándolo y protegiéndolo. La vista de esta muralla es increíble desde arriba. Al final de la muralla se encuentra una de las antiguas puertas de acceso.

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Estas escaleras, aunque lo parezca, no son las que conducen Mordor :P, sino que nos permiten acceder a la pequeña puerta que da acceso a la fortaleza y que solo llegas a ver cuando estas casi delante de ella arriba del todo.

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De origen musulmán, la mayor parte de lo que se conserva hoy en día pertenece seguramente al periodo califal cordobés (primera mitad del s.X). Posiblemente empezó siendo una simple atalaya durante el periodo emiral (756) para ir aumentando su tamaño hasta ocupar la totalidad de la colina, un espacio realmente grande que le da un aspecto fabuloso.

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Tras la reconquista y ya en los s.XIV y XV se reformó para habilitarlo para las nuevas armas de artillería y se reforzaron sus muros hasta que comenzó su progresivo abandono en el s.XVI.

Durante las Guerras Carlistas fue recuperado y adaptado de nuevo para ser finalmente abandonado a su suerte posteriormente, es decir, para ser utilizado como cantera para la construcción de viviendas de los habitantes de Cañete.

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Realmente no te imaginas su interior hasta que estás dentro y recorres de punta a punta todos los muros y restos que quedan ahí después de tanto tiempo. La fortaleza ocupaba toda la cima de la montaña y pese a que, como ya he comentado, el mal tiempo se cernía sobre nuestras cabezas, no pudimos reprimir las ganas de recorrerlo completamente puesto que es realmente fabuloso, te llegas a sentir en otra época.

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Por cierto, como curiosidad, en este castillo nació Álvaro de Luna.

La pena de todo esto es que está completamente abandonado y en estado de ruina, es increíble que nadie se ocupe de recuperar algo tan espectacular.

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Y como siempre y mientras la lluvia comienza a caer sobre nuestras cabezas, regresamos a casa con la satisfacción de haber sentido y tocado muros de más de mil años de historia.

P.D. Las fotos de hoy no son muy buenas, es una lástima, no se llega a apreciar bien la belleza de estos lugares, pero en serio, hacía muy mal tiempo :P.

Aumenta tu productividad integrando el sistema de incidencias en el entorno de desarrollo: Eclipse + Mylyn + Jira + Subversion

Hoy voy a hablaros de algo que ha revolucionado mi entorno de trabajo. Hasta ahora tenía por un lado el entorno de desarrollo con Eclipse y por el otro el sistema de incidencias web con Jira (también sirven Trac o Bugzilla). La verdad es que me resultaba muy pesado ir cambiando de uno a otro para revisar las incidencias y más aún para cambiar los archivos necesarios para revisar las distintas incidencias. Cuando digo que me resultaba pesado me refiero a que entonces no me daba cuenta del tiempo que perdía, pero ahora sí.

Para comenzar veremos cómo podemos acceder a las incidencias desde el propio Eclipse sin necesidad de cambiar de aplicación. La magia viene aportada por Mylyn.

Para instalar el plugin necesario para Jira debemos añadir el repositorio donde se encuentra desde

Help->Install new software -> Available sites -> Add

con la url:

http://update.atlassian.com/atlassian-eclipse-plugin/e3.4

Desde este nuevo repositorio seleccionamos los componentes a instalar, probablemente Mylyn ya lo tengas instalado. Esto es lo que debes escoger:

Si en vez de Jira usas Trac o Bugzilla, utiliza el conector adecuado.

Una vez reiniciado Eclipse mostraremos la pestaña de incidencias desde

Window->Show view->Task list

Desde el primer icono de la pestaña vamos a “Add Repository“.

Seleccionas el tipo de repositorio de incidencias que vas a crear.

Y añades los datos de acceso al mismo.

Si todo ha ido bien verás una pantalla similar a ésta donde puedes crear tu primera consulta de incidencias o seleccionar una previamente guardada en el servidor ya que importa tus filtros existentes.

Si decides crear una consulta nueva tienes un formulario con todas las opciones a tu disposición. Por ejemplo, yo he creado una que me lista todas las incidencias reportadas por mi.

Automáticamente irá recuperando del servidor las incidencias que cumplan los requisitos especificados en los filtros.

Haciendo doble click en una incidencia se abre el detalle de la misma con todas sus opciones que podremos modificar a nuestro antojo, añadir comentarios nuevos, adjuntar archivos, etc.

Mylyn aporta al sistema funcionalidades extra, una de ellas es la de programarnos las incidencias en función de nuestra carga de trabajo y tener una previsión de lo que vamos a hacer y cuando. Esta información no se guarda en el servidor, es interna.

A la hora de adjuntar archivos, además de seleccionar los que tengamos en nuestro equipo podremos hacer directamente desde Eclipse una captura de pantalla, recortar el trozo que nos interesa y enviarlo a Jira, todo en uno y sin salir de nuestro entorno de desarrollo.

Llegamos a una de las opciones que realmente hacen que ahorremos muchísimo tiempo, el contexto. Cada incidencia tiene un circulito a su izquierda que permite activar esa tarea. Al activar una tarea el sistema asume que todos los archivos que vayas abriendo mientras la tengas activada están asociados a la resolución de la misma.

Abre algunos archivos de ejemplo y en la pestaña “Context” de la incidencia verás cómo va asociándolos. Si ahora, en vez de cerrar la incidencia en la “X” la desactivas de nuevo en el circulito, verás como automáticamente se cierran también todos los archivos asociados. Y aquí viene lo bueno, si vuelves a activarla se abren automáticamente todos los archivos sobre los que estabas trabajando. Este sistema te permite cambiar rápidamente el entorno de trabajo de una incidencia a otra sin tener que buscar de nuevo todos los fuentes uno a uno.

Hay una opción más para trabajar con los contextos que permite que distintos usuarios los compartan y consiste en subirlos al propio servidor de Jira. Se suben como archivos zip como si fuese un archivo adjunto a la incidencia normal y corriente, pero Mylyn sabe lo que tiene que hacer con ellos cuando se recuperan.

Finalmente otra opción interesante es la integración con Subversion. Teniendo una incidencia activada, cada vez que hagamos commit al repositorio nos adjuntará automáticamente en el comentario del svn información acerca de la incidencia que se resuelve, eso que nunca hacemos :P.

Como veis tenemos el desarrollo junto a las incidencias y la resolución de las mismas en Subversión completamente integrado en una sola aplicación. Cuando os comentaba al principio del artículo sobre que no me daba cuenta de lo pesado que era hacerlo en tres pasos, ahora veis a qué me refería, es una de esas cosas que hasta que las tienes no sabes lo que vale.

Habilitar el escritorio remoto multiusuario y multisesión en Windows7

Como siempre, esas extrañas manías de Microsoft de no permitir ciertas cosas con su sistema operativo que la mayoría vemos útiles.

En mi caso, era utilizar mi HTPC para algo más que ver películas, con lo que quería dos cosas, por un lado permitir que varios usuarios se pudiesen conectar concurrentemente a la misma máquina y por otro, a ser posible, poder utilizar el mismo usuario en varias sesiones (esto ya es para tonterías mías :P).

Total, que lo segundo ya sería increíble, pero es que por defecto, con cualquier Windows, lo primero es imposible, al conectarte con el Escritorio Remoto a una máquina, automáticamente desconecta al que estuviese en consola, en mi caso la sesión por defecto del HTPC, que además queda bloqueada al desconectarte tú, con lo cual no solucionamos nada.

La solución pasa por crackear la librería del servidor de Escritorio Remoto, así se hacía en XP y así se sigue haciendo en Windows 7, incríble pero cierto.

Encontré por ahí el parche para las últimas versiones de Windows7, pero la pega es que estaba preparado para el idioma inglés, con lo que al intentar dar permisos al grupo “Administrators” o parar el servicio “Remote desktop” devolvía error. He cambiado un poco el script para que funcione con las versiones en español. Podéis descargarlo aquí.

El funcionamiento es muy sencillo, se descomprime el fichero y se ejecuta el archivo install.cmd con privilegios de administrador. Para logarlo ya sabéis, botón derecho sobre el mismo y “Ejecutar como administrador”.

Si todo va bien cambiará la dll correspondiente por la parcheada y reiniciará el servicio de Escritorio Remoto con las opciones por defecto, es decir, permitir múltiples usuarios simultáneos. Si queremos permitir varias sesiones del mismo usuario, habrá que hacerlo de otro modo.

Inicio->Todos los programas->Accesorios->Símbolo del sistema

Ejecutado también cómo administrador, el mismo sistema, con el botón derecho. Una vez ahí nos desplazamos a la carpeta donde descomprimimos el parche y ejecutamos:

install.cmd multi

Con esto habilitaremos la multisesión de un mismo usuario.

Si ahora probamos a conectarnos desde otro ordenador con otro usuario (o el mismo si hemos activado la multisesión) tendremos las dos sesiones activas.

Ya puedo puedo utilizar mi HTPC para algo más útil :).

Castillo de Forna

¡Qué pesado el tío este con los castillos! Pues sí, no lo puedo remediar, siento una enorme debilidad por estas construcciones con más de mil años de historia y que ahí siguen en pie, unas con más suerte que otras, pero ahí están.

Hoy nos acercamos a la localidad alicantina de Forna, a escasos 35km de Denia y que esconde una de las fortificaciones más impresionantes de la Comunidad Valenciana, lo descubrimos por casualidad googleando y tardamos bien poco en acercarnos. Venga va, voy a contar esa verdad que ya casi todos sabéis, estas excursiones son la excusa para darnos un homenaje en forma de comilona :P.

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Bueno, a lo que íbamos.

El castillo se encuentra en el monte de Forna, perteneciente al ayuntamiento de l’Atzúvia, y desde él se tienen unas vistas espectaculares de toda la zona llegando incluso a verse la costa y el mar.

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La fortaleza es simplemente impresionante, grande y robusto, desde el exterior parece un bloque inaccesible. De planta cuadrada y flanqueado por cuatro torreones (uno más grande que los demás) con un gran patio central, su origen hay que buscarlo en le época almohade (finales del s.XII principios del s.XIII). En el s.XV se reforma dándole el aspecto que hoy podemos ver, con un carácter más palaciego que defensivo.

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Jaime I (cómo no), lo conquistó para el Reino de Aragón en 1258 y éste lo cedió a Bernat Guillem para que se encargase de su administración. A partir de aquí, y como la mayoría de castillos, pasa por distintas manos, bien por herencias bien por cesiones, hasta que en 1435 llega a la familia Cruilles, que crea la Baronía de Forna, y en cuyo poder estaría la fortaleza hasta el s.XVII momento en el que vuelven los movimientos sobre la propiedad junto al título de Barón hasta su abandono definitivo en 1963.

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Como dato curioso, en los pocos documentos escritos que existen nunca se hace referencia directa al castillo sino a la localidad de Forna al completo, algo extraño teniendo en cuenta que no pasa precisamente desapercibido.

Actualmente el castillo pertenece al ayuntemiento de l’Atzuvía.

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No pudimos acceder al interior, para hacerlo se debe concertar la visita llamando al ayuntamiento, una lástima que no haya nadie aunque sea los fines de semana. Cuando fuimos nosotros no éramos los únicos, había como una docena más de personas, una pena que nadie pudiese entrar. DSC_0797

El exterior, como ya he comentado, se encuentra perfectamente conservado con sus muros originales. Dicen que es probablemente el castillo mejor conservado de la provincia de Alicante, casi nada, de ahí que tenga una enorme importancia en el estudio de la época medieval.

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A comer

Tras la visita matutina nos acercamos a Restaurante Mena, en Denia, un clásico de la zona, en la carretera hacia Javea bordeando la costa. Muy importante hacer reserva previa, sobre todo en verano, pero se llena todo el año. Las vistas desde la terraza son espectaculares ya que está levantado justo encima del mar.

DSC_0831Nada de lujos, el clásico restaurante de playa venido a un poco más pero que responde a las expectativas. Excelente relación calidad/precio, pescados y mariscos de calidad y muy buenos arroces junto a un servicio eficiente. ¿Qué más se puede pedir?

Puntilla

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Arroz con bovagante

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Postres

Lo siento, no recuerdo los nombres. Debajo de todo, detalle de la casa 🙂

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Y aquí terminamos otro día de viaje histórico-gastronómico. Nos encantó el castillo mucho más de lo que esperábamos y nos quedamos con las ganas de ver el interior. Quizás algún día nos animemos a volver porque vale la pena.

Castillo de Garcimuñoz

Últimamente hacemos bastantes viajes Valencia-Madrid-Valencia y nos hemos acostumbrado a buscar algún sitio que nos quede más o menos de camino para hacer una paradita a la vuelta, normalmente en domingo, y aprovechar el viaje y que no se nos haga tan pesado. En esta ocasión paramos en Castillo de Garcimuñoz (es el nombre del pueblo, no sólo un castillo), al ladito mismo de la A3 en el km.156, no hay que desviarse absolutamente nada. Habré pasado docenas de veces por ahí en los últimos diez años, habré mirado docenas de veces el cartel y nunca hasta ahora se me había ocurrido parar y ¡valía la pena!.

Castillo de Garcimuñoz es un pequeña localidad de la provincia de Cuenca de menos de 200 habitantes pero con un expléndido pasado de lo que da fé su impresionantre castillo que, aunque ruinoso hoy en día, demuestra que en su momento tuvo gran importancia. Hay que remontarse al año 1172 para comenzar a oir hablar del pueblo bajo su denominación árabe, Al-Borch Hamal, y es posible que hubiese una fortaleza inicial musulmana donde ahora está el castillo, pero no hay nada que lo demuestre.

Es a partir de su reconquista en 1177 por Alfonso VIII en su camino a Alarcón y Moya (de este último lugar os hablaré pronto) cuando comienza a hablarse en serio de Castillo de Garcimuñoz, nombre del caballero que acompañaba a Alfonso VIII y al que éste encomendó la tarea de repoblar y vigilar el castillo. Posteriormente pasa a ser parte del Señorío de Villena llegando a conseguir en 1322 la independencia como villa.

Desde entonces pasó por distintas manos a lo largo de su paralela historia con la de España, llegando a ser castigado por los Reyes Católicos tras haberse opuesto a la subida al trono de Isabel y haber apoyado a Juana La Beltraneja, hasta que en 1823 y tras la desaparición por ley de la jurisdicción de los señoríos pasando a la Hacienda Pública el cobro de tributos, cuando los Marqueses de Villena venden el Castillo.En 1708 la iglesia de San Juan Bautista y el cementerio se instalaron dentro del bastión, lo que ha ayudado a que la fortificación llegue hasta nuestros días.

Como curiosidad, Garcimuñoz se hizo mundialmente conocido cuando en 1479 Jorge Manrique fue herido de muerte en los alrededores del castillo, luchando contra el Marqués de Villena en nombre de Isable la Católica.El castillo es grandioso y espectacular, parece ser que sus muros tienen hasta tres metros de espesor, y digo parece ser porque hoy en día, aunque pertenece al ayuntamiento, es la Iglesia la que hace uso de él y el párroco el único que tiene llaves del mismo para poder visitarlo. Ahora vas y lo buscas :P. Preguntamos por él, pero no pudimos localizarlo, si vais y lo encontráis, quizás podáis visitarlo, no sé si vale la pena dado el estado en que se encuentra.

Aunque no se puede ver el interior, y aún así se supone que está completamente derruido, el exterior es impresionante, se conserva todo el perímetro formado por los muros y las cuatro torres circulares.

Tras dar una vuelta alrededor del castillo admirando sus cuatro muros, nos adentramos a dar un pequeño paseo por el resto del pueblo, declarado Conjunto Histórico Artístico. Nos sorprendío muchísimo, es un pequeño pueblecito pero para nada abandonado ni descuidado, todo lo contrario, casi todas sus calles y casas están bien restauradas y arregladas, dando un bonito aspecto al pueblo.

A ver, tampoco os esperéis algo del otro mundo, está bien y ya está, sin ostentaciones, sin grandes casonas y palacios (aunque alguna hay), simplemente un pequeño pueblecito manchego cargado de historia y bien restaurado.

A comer

Para comer fuimos de nuevo a la Hospedería Casas de Luján, y nos volvió a encantar, no sólo para comer, nos parece un lugar ideal para un fin de semana tranquilo y relajado con tu pareja. Lo mejor de todo es que esta vez tenían un menú especial anticrisis sencillamente espectacular (la carta, en general, se va un poquito de precio), entrantes variados de las distinas especialidades de la zona junto a buen entrecot, no impresionante pero suficiente para lo que estás pagando por el menú completo.

Ubicado en una antigua casa de labranza del s.XVI completamente restaurada, el restaurante es un lugar cálido y muy acogedor, las dos veces que hemos ido nos hemos sentido muy a gusto. Además el personal ayuda a que te sientas bien, profesionales, amables, educados y se preocupan lo justo para no caer en la pesadez.

Pan con tomate y unos entrantes sencillos mientras esperamos.

Entrantes variados, especialidades manchegas (morteruel, ajoarriero, queso manchego…).

Entrecot a la planchaY el postre, que no recuerdo como se llamaba 😛

Y ya está, de vuelta a casa que nos queda medio viaje todavía y mañana hay que trabajar. Si estais por la zona y os apetece, además de visitar Segóbriga os recomiendo el yacimiendo de Valeria, Belmonte o Villaescusa de Haro.

Mora de Rubielos y Rubielos de Mora

La excursión de fin de semana de la que hablaremos hoy la tenía apuntada desde hacía mucho tiempo en mi lista pero por una razón o por otra no habíamos podido (o no habíamos querido) hacerla antes. Al final lo logramos, y creedme que bien vale la pena.

Mora de Rubielos

El día comienza en Mora de Rubielos, provincia de Teruel (¡también existe!), donde nada más llegar te impacta la brutal presencia del castillo que domina sobradamente toda la villa gracias a su impresionante envergadura, fijaos simplemente el tamaño de la iglesia a la izquierda respecto al del castillo.

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Mora de Rubielos se localiza en la sierra de Gúdar, a escasos 40km de las pistas de esquí de Valdelinares. Probablemente existió un asentamiento ibérico en este lugar del que no ha quedado constancia alguna al igual que de la primera alcazaba musulmana que seguramente hubo. En cualquier caso no ha quedado ningún resto del mismo en el castillo actual.

La historia de Mora de Rubielos, al ser ocupada por los árabes, está íntimamente ligada al periodo de la Reconquista. Alfonso II lo tomó para los cristianos en 1171 y desde entonces y durante 30 años fue el frente cristiano en su asedio al Reino de Valencia.

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Tras sucesivas donaciones y herencias el pueblo pasa a manos de Juan Fernández de Heredia (III), nieto de Juan Fernández de Heredia, Gran Maestre de la Órden del Hospital y miembro de una de las ocho familias más importantes de Aragón. Es en esta época cuando el pueblo alcanza su mayor expresión gracias a sus nuevos dueños y cuando se construyen tanto la Ex-colegiata de Santa Maria como el Castillo-Palacio.

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Su crecimiento obliga a la construcción de la segunda línea de murallas y tras la Guerra de Sucesión alcanza el título de marquesado y fidelísima por su apoyo a Felipe V. Las posteriores guerras habidas en España dejaron su huella de destrucción en Mora de Rubielos hasta la Guerra Civil.

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La Ex-Colegiata fue declarada Monumento Nacional en 1944 aunque quedó completamente destruida tras la Guerra Civil,  el nuevo retablo es de 1945, y Mora de Rubielos fue declarada Conjunto Histórico-Artístico en 1978. Desde entonces podemos disfrutar de uno de esos pueblos donde cada piedra y cada sillar tienen casi mil años de historia que contar. Por cierto, Ex-Colegiata viene de haber perdido la condición de Colegiata en 1851.

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Recorrer las calles de Mora de Rubielos es ir descubriendo casonas y palacetes, balcones y fachadas que evocan otras épocas. Sin lugar a dudas es una de esas visitas obligadas, y es que este pueblo no es sólo el Castillo o la Excolegiata, son sus portales (Primer Portal, Portal de Cabra, Portal de Rubielos), son sus casas, sus calles y plazas, sus ermitas.

Tampoco debes perderte los alrededores del pueblo, un paraíso para el senderismo.

Las murallas

En la colina frente al castillo nos impactan los restos de la antigua muralla, aún bien apreciables y que nos dan idea del tamaño que un día debieron tener.

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Se puede subir a las dos torres y de una a la otra se va por encima de la muralla. Están bastante restauradas, obviamente, pero evocan la grandiosidad que un día debieron tener.

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Las vistas del pueblo desde la muralla son sublimes, la primera foto del artículo está sacada desde allí.

El Castillo

Y llegamos al castillo. Es un recinto fortificado con planta de cuadrilátero irregular a medio camino con un palacio. La plaza de armas central, descubierta, tipo claustro, es espectacular, con las salas del edificio distribuidas a su alrededor en dos alturas a las que hay que sumar los sótanos.

A lo largo de su historia ha sido desde convento a cárcel pasando por cuartel militar durante la Guerra Civil, quedando finalmente en ruinas hasta que fue completamente restaurado en los años 70.

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Tiene cuatro torres poco más altas que la estructura general, una de ellas sirve de entrada al recinto. En otra, probablemente la antigua armería, se ha instalado un museo etnográfico, no es nada del otro mundo en sí mismo, pero gana muchos puntos por el entorno en el que se encuentra.

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En otra de las torres se encuentran las antiguas mazmorras, completamente restauradas y visitables y todavía conservan algunas de las argollas a las que eran encadenados los presos.DSC_0571

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Finalmente, en las distintas estancias se encuentran las antiguas dependencias del palacio. Salones, cocina, despensa, etc. Todo completamente restaurado, eso sí. Se puede visitar los fines de semana de todo el año y todos los días de julio y agosto. Es un destino clásico para los valencianos :).

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La verdad es que el castillo nos encantó, es una mole de piedra con grandes muros en mitad de un pequeño pueblo.

A comer

Íbamos con la idea de comer en El Rinconcico, del que todo el mundo habla maravillas, pero fue imposible, tienen muy pocas mesas y sin reserva es rarísimo que consigas comer. Otra vez será. Acabamos comiendo en el Restaurante La Carrasca, en la carretera de entrada al pueblo, donde presumían de ser especialistas en carnes a la brasa, y así fue.

Delicias de Teruel

Aceptable y punto, hemos tomado mejor jamón D.O. Teruel.

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Entrecot a la brasa

Espectacular, en la foto no se aprecia el tamaño del bicho en absoluto, grande, gordo, sabroso, muy sabroso. La única pega, un poco hecho de más, sin llegar a estar hecho del todo. Me gusta la carne muy poco hecha.

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Pollo a la brasa

Sencillo pero perfecto también. Muy bien hecho y sabroso.

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Es un sitio que engaña, la apariencia una vez entras es de restaurante de carretera, pero es cierto que perfecto para comer carnes. No busques refinamientos ni un servicio profesional, es un restaurante familiar de menú del día, pero saben vender carne :).

Rubielos de Mora

Con la barriga llena continuamos el viaje al pueblo de al lado, 12km de viaje nada más, y de nombre muy parecido.La verdad es que no he encontrado apenas información sobre la historia del pueblo, así que me tendré que ahorrar toda esa parte, me habría gustado saber algo más. Aunque se  han encontrado restos ibéricos y romanos, las primeras referencias de la ciudad llegan durante la Reconquista allá por el 1194. Posteriormente el crecimiento y su floreciente comercio obligan a la construcción de la muralla exterior y más tarde conseguirá el título de villa otorgado por Pedro III de Aragón en 1366.

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Rubielos de Mora es muy parecido a Mora de Rubielos en el sentido de que son dos villas con un caracter medieval muy pronunciado y bien conservado, ámbas son muy bellas y tienen un encanto que pocos lugares llegan a lograr sin ser “pueblos Pin-y-Pon“, es decir, excesivamente restaurados. Y sin embargo son completamente distintas. Mora, pese a mantener ese caracter medieval, queda completamente empañado por la majestuosidad del castillo, mientras que en Rubielos vives mucho más el pueblo en sí mismo, sus calles, sus casas, sus palacios, son dos sensaciones distintas.

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Rubielos recibió en 1983 el premio Europa Nostra, por su labor de restauracion y conservación, bien merecido. Todos los detalles están cuidados, calles, plazas y casas limpias y restauradas conservando las fechadas y las esencias originales de manera armoniosa.

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En su día hubo un castillo en Rubielos de Mora, pero está prácticamente desaparecido, quedando apenas algún muro en el barrio más antiguo del pueblo.

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A lo largo de tu paseo por Rubielos te asombrarás de las casas y palacios con los que te vas cruzando, da igual a quian hayan pertenecido, condes, marqueses o simples artesanos, girarás la cabeza a ámbos lados buscando y admirando aleros de madera, arcos o simplemente fachadas. Rubielos es la localidad aragonesas con más casas señoriales, casi nada. Contra el caracter noble de Mora, Rubielos era lugar de artesanos y comerciantes y fueron ellos los que consiguieron darle explendor.

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Rubielos, y el conjunto que forma junto a Mora, son uno de los lugares más bellos de todo Aragón, desde que atraviesas el Portal de San Antonio te ves inmerso en una vorágine de sensaciones a cada paso más gratificantes.

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Pero Rubielos tampoco es sólo el pueblo, no dejes de preguntar por los alrededores.

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Aquí puedes saber un poco más de Rubielos de Mora.

Nuestra excursión termina aquí. Nosotros estuvimos en noviembre, los días ya son cortos y no tuvimos tiempo de más, pero si puedes o te entretienes menos que nosotros, puedes continuar visitando pueblos como Mosqueruela, La Iglesuela del Cid o Puertomingalvo.

Segmentation fault en WordPress al utilizar eAccelerator

Hacía casi un mes que no escribía nada :O, cosas del periodo navideño. Espero retomar mis hábitos de escritura con ganas con el año nuevo, tengo muchas cosas pendientes por contar.

Llevaba un par de meses preocupado por mi blog. Por alguna extraña razón, de vez en cuando comenzaba a devolverme pantallas en blanco al acceder a cualquier artículo e incluso al acceder al tablero de administración, la pantalla de login funcionaba bien pero una vez te autentificabas saltaba el error. Reiniciando el servidor web volvía a funcionar correctamente por un periodo indeterminado de tiempo, a veces unas horas a veces varios días, pero terminaba saltando de nuevo la pantalla en blanco.

Al comprobar los logs de errores de Apache lo único que aparecía era algo como:

[Mon Jan 08 09:34:14 2010] [notice] child pid 4899 exit signal Segmentation fault (11)

Es decir, no me aportaba nada, un misterio, y tampoco encontré ninguna referencia útil buscando “wordpress segmentation fault“. Me tocó poner sobre la mesa todas mis habilidades de depuración y a base de echo’s y exits ir siguiendo la pista hasta llegar al punto donde saltaba el error. Tras un par de horas llegué a la conclusión de que el problema estaba en la función wp_filter_kses del archivo:

wp-includes/kses.php

Faltaba saber por qué provocaba un Segmentation fault y no un error de PHP estándar. Descubrí además que reescribiendo el mismo archivo sin hacer cambios, es decir, cambiando la fecha de actualización, todo comenzaba a funcionar correctamente… hasta que volvía a fallar. Raro, raro, raro…

Teniendo ya una referencia clara del origen del problema, una sencilla búsqueda de “kses.php segmentation fault”  me condujo al origen del problema, y éste no era otro que el sistema de cacheo que se utiliza en el servidor, eAccelerator. Al parecer, y sin una causa lógica, la caché de ese archivo se corrompe periódicamente y al intentar leerlo provoca el “Segmentation fault“. Tiene sentido entonces que al cambiar la fecha del archivo volviese a funcionar, este cambio provocaba que se regenerase la caché del mismo y funcionase correctamente.

La solución es indicarle a eAccelerator que no cachee ese archivo concreto. Para ello añadimos al archivo de configuración:

/etc/php.d/eaccelerator.ini

eaccelerator.filter="!*kses.php"

Con esto se acabaron los pantallazos en blanco, espero recuperar algo de las visitas perdidas las últimas semanas ya que ha estado la mayor parte de las vacaciones caído por culpa de este error.

Córdoba

Vamos a soltar varios artículos de viajes que se me acumulan. Hoy vamos a hablar de uno de nuestros destinos el pasado puente del Pilar, Córdoba, el siguiente fue el Parque Nacional de Doñana :).

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Nos ha encantado Córdoba, no puedo negarlo, mi pareja vivió allí durante unos meses y guardaba un muy buen recuerdo que se reafirmó durante esta escapada.

Nos alojamos en el Hotel Selu, al lado mismo del casco histórico y con una relación calidad/precio brutal. Muy recomendable para escapadas cortas. El único “pero” que se le puede poner es que para aparcar hay que salir al Paseo de la Victoria, a ver si hay suerte ;).

La Mezquita-Catedral

De Córdoba, en general, sólo conocemos la Mezquita, pero hay mucho más. Por cierto, para encontrar la Mezquita hay que buscar la Catedral, curioso, casi no entramos pensando que era lo no era :P.

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La Catedral-Mezquita es un monumento impresionante, tanto el exterior como el interior, en su momento era la segunda mayor del mundo sólo superada por la de La Meca. Construida en el s.VIII sobre una antigua basílica visigoda, se reformó tras la Reconquista para convertirla en catedral cristiana.

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Una vez cruzas la entrada entras en otro mundo, es espectacular tal superficie de columnas y arcos sin fin. La Mezquita no se construyó tal cual directamente sino que fue fruto de sucesivas ampliaciones entre los siglos VIII y XII, demostración del crecimiento demográfico que tuvo la ciudad durante el dominio musulmán.

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Fue tras la Reconquista en 1236 y hasta el s.XVI cuando se hacen las grandes reformas para adaptarla al culto cristiano. Es a finales de este siglo cuando se produce el mayor de los ataques a la antigua estructura construyendo en el centro de la misma una gran nave que diese mayor esplendor a la catedral, suscitando el rechazo de gran parte del pueblo cordobés y que terminó con la decisión de Carlos V de acometer la obra de la que posteriormente se arrepentiría con unas sabias palabras:

Habéis destruido lo que era único en el mundo, y habéis puesto en su lugar lo que se puede ver en todas partes.

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Mientras estábamos en la Mezquita había varias visitas guiadas y aprovechamos para “pegarnos” a alguna de ellas, la verdad es que vale la pena para enterarse de los vaivenes históricos. Uno de los detalles que más nos llamaron la atención es que, pese a su apariencia, no hay dos arcos iguales, son todos diferentes entre sí.

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La evolución de la Mezquita (origen visigodo, esplendor árabe y reconversión cristiana) la convierten en fiel reflejo de la historia de España a lo largo de esos más de 1.000 años entre los siglos V y XVI y representan la fusión de culturas de la época, la unión entre Oriente y Occidente.

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La verdad es que pese a los cambios efectuados desde la reconquista, por la Mezquita no pasan los años, su grandeza y esplendor permanecen todavía. Cuando entras en la Mezquita sientes que estás en otro lugar, no puedo pensar en nada que se asemeje a esta gran superficie de columnas y arcos, es algo realmente único y espectacular.

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No me canso de repetirlo, parece que todo el interior es igual y repetitivo, pero te quedarás mucho tiempo paseando por su interior, admirando líneas y líneas de columnas y admirando algo que ahí donde lo ves tiene más de 1200 años. Casi ná.

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Recordad, para llegar a la Mezquita buscáis la Catedral :P, no tiene pérdida, está al lado del Puente Romano.

El Puente Romano

En la parte de atrás de la Mezquita encontramos el recientemente remodelado Puente Romano sobre el Guadalquivir, el único que hubo en la ciudad hasta el s.XX. Construido en el s.I durante la dominación romana, tiene al otro lado la Torre de la Calahorra, de finalidad defensiva, y del lado de la Mezquita el conocido como Arco del Triunfo (aún en obras) aunque parece ser que nunca lo fue :P.

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A comer

Llega uno de los mejores momentos del día cuando estás de viaje, comer :). Llevábamos en nuestra agenda el Bar-Taberna Sociedad de Plateros (Calle de San Francisco 6), pero al final cambiamos los planes al dejarnos caer por la Plaza de la Corredera, una de las zonas de tapeo por excelencia en Córdoba y algo alejada ya del centro histórico de la ciudad. Hoy en día esta plaza no tiene nada llamativo históricamente hablando, pero como veremos un poco más tarde, vivió un gran esplendor ya que en los años 50 se encontraron gran cantidad de mosaicos de origen romano que se exponen en el Alcázar.

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Terminamos tapeando en Restaurante la Paloma, en la misma plaza, a base de boquerones fritos, tortilla con salmorejo y unas típicas bravas. Todo muy sencillo pero buenísimo.

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Aún así nos dejamos caer por la Taberna Sociedad de Plateros para tomar unas cañas y, en efecto, no nos equivocamos, sin haberlo probado parece más que recomendable.

Alcázar de los Reyes Cristianos

Tras llenar los buches nos acercamos al Alcázar, también muy cerca de la Mezquita. Levantado probablemente sobre una alcazaba árabe de origen ya romano en 1328, fue inicialmente residencia de los reyes durante sus visitas a Córdoba, de hecho los mismos Reyes Católicos vivieron allí durante más de ocho años dirigiendo el asedio contra el reino musulmán de Granada.DSC_0259

La zona de jardines recuerda muchísimo (salvando las distancias) al Generalife de la Alhambra de Granada, esos juegos de agua y zonas verdes tan característicos de las culturas árabes de la época.

La zona fortificada propiamente dicha es casi de planta cuadrada con cuatro torres y apariencia muy sobria.

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Tras la conquista de Granada, los Reyes Católicos cedieron el castillo al Tribunal del Santo Oficio, vamos, la Santa Inquisición. Posteriormente sería prisión y recinto militar hasta la segunda mitad del siglo XX.

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En el interior del castillo, como comentaba antes, se encuentra el Salón de los Mosaicos donde se exponen los conjuntos encontrados en la Plaza de la Corredera, algunos de gran tamaño.

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La visita al alcázar no lleva mucho tiempo pero es bastante interesante. En este mismo recinto Colón solicitó en 1486 a los Reyes los fondos necesarios para su expedición a las Indias que a la postre sería el descubrimiento de América.DSC_0237

Baños Califales

Saliendo del Alcázar y frente a él nos encontramos los antiguos Baños Califales. Pertenecieron probablemente a un edificio anexo al castillo y datan del s.X. Curiosamente se cubrieron en varias ocasiones hasta que en los años 60 se decide realizar la labor de restauración que vemos hoy en día.

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No hay mucho que ver, la verdad, algunas salas y poco más. El vídeo de introducción es parcialmente interesante, pero tampoco identificas después las distintas localizaciones que se muestran.

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Rincones, plazas y patios

Ya hemos hablado de la Córdoba histórica y sus monumentos, pasemos a lo mejor, a la propia ciudad, el antiguo barrio judío. Pasear por sus callejuelas y sus plazas es un auténtico placer para los ojos del visitante, en cada esquina descubres un rincón, un patio engalanado o cualquier otro detalle que te llama la atención.

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Tomando punto de referencia la Mezquita, muévete en todos los sentidos, no hay pérdida, encontrarás calles muy turísticas llenas de puestos de los típicos recuerdos (huye :P) pero descubrirás muchas otras que te parecerán encantadoras.

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Además de andar hay otra cosa que hacer en córdoba, cañas y tapas :), en cualquier esquina encontrarás un bar donde tomarte algo y seguir disfrutando del ambiente, porque esto, amigos, es lo mejor de Córdoba, su ambiente y su mezcla cultural.

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Querrás más, querrás volver.

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Nos quedamos con ganas de visitar Medina Azahara, pero justo ese día había allí un acto oficial de la Reina y estaba cerrado al público, una pena, pero no sólo por eso, nosotros volveremos :).

Vistas en un servidor DNS ó cómo resolver en función del cliente

Hoy voy a hablaros de algo que utilizo desde 2001 aproximadamente y que creo que cualquiera que trabaje en un entorno soho debería conocer ya que es la solución a todos sus problemas de resolución DNS, sin embargo he llegado a la conclusión de que es un completo desconocido. En esta situación nuestra infraestructura de red sería algo del estilo de la imagen que muestro a continuación.

SOHOEs decir, del router hacia adentro estamos en la red local de la oficina con direcciones privadas mientras que hacia el exterior se utiliza la IP pública del router, la que nos da nuestro proveedor de ADSL/Cable.

Supongamos ahora que por motivos de trabajo necesitamos que nuestro servidor responda ante algún dominio o subdominio de manera que desde el exterior se pueda acceder a determinados servicios que ofrecemos (y no, no queremos usar la IP directamente :P). Utilizando NAT configuramos el router para que las peticiones que le lleguen desde el exterior a determinados puertos las redirija al servidor.

En la imagen he pintado en rojo el camino que seguirían las solicitudes que llegan desde el exterior y en verde las que llegan de la propia red local. El problema habitual de un entorno de este tipo es que desde dentro de la red no se puede acceder al servidor con el nombre de dominio ya que la resolución devuelve una IP pública que está al otro lado del router, es decir, por simplificarlo un poco, el router no permite acceder desde el interior a los servicios que ofrece al exterior. Es simplemente un problema de interfaces y enrutamiento.

La solución pasa por convertir a nuestro servidor en el DNS principal de los usuarios de la red en vez de utilizar los que nos da nuestro proveedor, y configurar en él nuestro dominio de manera que dependiendo de quien lo interrogue nos devuelva la ip pública del router o la ip privada del servidor. Esto se puede hacer con las llamadas “vistas” de bind, imagino que en otros servidores DNS se podrán configurar del mismo modo.

Vale, creo que no he entendido nada de lo que has dicho. ¿Qué son esas vistas de las que hablas? Tranquilos que os lo explico.

Fíjate de nuevo en la imagen de arriba. Es obvio que los clientes que intentan acceder desde el exterior a nuestro servidor deberán utilizar la IP pública del router, NAT se encarga después de hacerlas llegar al servidor. Desde el interior es diferente, nuestras máquinas están en la misma red local que el servidor, sólo debemos saber la IP del servidor para acceder a él. Bien, pues esto es, a grandes rasgos, lo que hacen las vistas: si el cliente que me llama lo hace desde el exterior le digo la IP pública, si es desde el interior le digo la privada.

La configuración es extremadamente sencilla. Deberemos editar /etc/named.conf y hacer algo así:

#DNSINTERNO
view "internal" {
	match-clients { 192.168.0.0/24; 127.0.0.0/8; };
        zone  "dominio.com" {
                type master;
                file  "dominio.com.internal.zone";
        };
};
#DNSEXTERNO
view "external" {
        match-clients { any; };
        zone  "dominio.com" {
                type master;
                file  "dominio.com.external.zone";
        };
};

Eso es todo, sí, no hay más truco. El nombre de las vistas lo pones tú, algo que te permita identificar qué es cada una. Para cada vista le indicas qué clientes la verán y el archivo de zona con las resoluciones. Ya sólo nos falta configurar los clientes para que utilicen tu servidor DNS y preparar el dominio para que tu máquina local sea el servidor DNS mediante la IP pública.

Obviamente os he dado los detalles a grandes rasgos, a partir de ahí seguro que se os ocurren utilidades y combinaciones entre redes y subredes mucho más útiles. Al menos os ayudará a muchos a crear un entorno mucho más productivo y cómodo.