Vamos con una visita de fin de semana.
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En esta ocasión nos acercamos a la localidad valenciana de Alpuente desde donde volvemos a Chelva dando un pequeño rodeo.
Alpuente
Es uno de los pueblos más bellos y con más historia de la Comunidad Valenciana. Se alza en un pequeño cerro que uno los montes de San Cristóbal y el Castillo quedando hundida entre barrancos y masas de rocas y nada más llegar llama la atención la pared del fondo donde un día se levantó el castillo.
En Alpuente hay restos desde la Edad de Bronce pasando por íberos y romanos, pero son los árabes quienes levantan la localidad económica y culturalmente, llegando a ser Reino de Taifas independiente dentro de Al-Andalus.
En 1089 fue tomada por El Cid y posteriormente conquistada en nombre de Jaime I de Aragón, convirtiéndose en paso obligado entre los reinos de Castilla y Aragón.
En Alpuente se pueden encontrar todavía varias torres y restos de la antigua muralla y aún mantiene ese encanto que sólo algunos pueblos consiguen mantener durante tanto tiempo..
La Torre de la Aljama
LA antigua aljama constituía la puerta de entrada al recinto amurallado que servía de refugio y defensa para los habitantes de extramuros en caso de peligro. Es la torre mejor conservada de la muralla con una antigüedad de alrededor de 1000 años.
En el piso más alto se reunía la Lonja de contratación y el ayuntamiento o gobernación árabe. En la parte baja puede visitarse el Salón de las Cortes, donde se celebraron las Cortes del Reino de Valencia en 1319 y 1381.
A partir del tiempo en que Alpuente se convierte en Taifa esta torre pasa a denominarse la “Aljama” o Torre de Contratación y desde hace varios siglos funciona como ayuntamiento.
Iglesia Arciprestal de Nuestra Señora de la Piedad
En el año 1236 Jaime I hizo purificar una mezquita contigua al castillo dedicándola al culto cristiano bajo la advocación de Nuestra Señora de la Piedad, aunque provisionalmente, mientras se construía una iglesia nueva y de más capacidad que se terminó hacia 1376 aunque algunas partes se terminarían más tarde, como el coro (1499).
Llegó a tener dos organos pero uno de ellos fue saqueado durante la Guerra Civil.
Castillo de Alpuente
En lo alto del pueblo y rodeado de profundos precipicios se encuentran los restos de lo que un día fue un importante castillo de origen árabe. Construido y derruido en varias ocasiones, hasta nosotros han llegado los restos de la última demolición tras la primera Guerra Carlista.
Pueden observarse todavía restos de murallas y torreones y aljibes, poco más.
El entorno alrededor de la fortaleza es impresionante.
Acueducto de Los Arcos
A un par de kilómetros de Alpuente en dirección a La Yesa nos topamos con el acueducto medieval de Los Arcos (s.XVI y XVII) que servía para abastecer de agua a los habitantes, tanto para consumo como para regadío.
El arco que estaba encima del río desapareció con una riada en 1880 y fue sustituido por otro metálico, pero aún así la panorámica del acueducto es brutal.
Icnitas de dinosaurio
Uno de los mayores atractivos culturales de Alpuente es la paleontología. Desde 1997 la Universidad de Valencia realiza excavaciones periódicas que han llevado a hallazgos sorprendentes como tres grandes dinosaurios saurópodos y otros dinosaurios herbívoros. Destaca su Museo Paleontológico.
A lo largo del camino nos encontramos con varios yacimientos de icnitas (huellas fosilizadas) de dinosaurios.
Acueducto de “Peña Cortada”, Chelva
Llegando al final de nuestra ruta, y ya en Chelva, tomamos el desvío hacia el acueducto. En un momento dado las indicaciones te sacan de la carretera y te llevan durante unos 10 minutos por un camino sin asfaltar, tranquilos, se puede ir con el coche medianamente bien, y desemboca en los restos de lo que un día fue un expléndido acueducto romano.
Sobre las poblaciones de Tuéjar, Chelva, Calles y Domeño se han encontrado restos de este acueducto que salva grandes desniveles, documentándose más de 28km de construcción. El trozo de Chelva se llama así porque, no se sabe muy bien por qué, los ingenieros romanos decidieron cortar verticalmente un pequeño tramo de la montaña. Anda que no sabían de esto los romanos 😛 .
En este tramo apenas hay un arco y medio, pero pero son descomunales, el acueducto completo debía ser impresionante.
Y aquí terminamos otro sábado de excursión, me gustó bastante el paseo, creo que tiene muchas más posibilidades de las que nosotros tuvimos tiempo de completar.