Vale, sí, llega con algo de retraso, pero os aseguro que no tiene desperdicio :).
Dividiré el viaje en tres capítulos que se corresponden más o menos con las tres zonas que visitamos. En el primero nos movemos en el entorno de Pontevedra y sur de Galicia y vamos de visita a los Cañones del Sil y el Monasterio de San Estevo.
Combarro
Como casi todos los años, las vacaciones comenzaron dando un paseo matutino por Combarro y atacando a una ración de pulpo en uno de los muchos bares del pueblo, normalmente siempre lo hago en el primero de todos los de la plaza principal, en la esquina, me gusta ese sitio pero no sé como se llama :P.
Ruinas de Santo Domingo, Pontevedra
Tarde de paseo por la ciudad con mis sobrinas. Nos adentramos en las Ruinas de Santo Domingo.
Santiago de Compostela
Volviendo de Laxe de pasar el día con unos amigos, hacemos parada técnica en Santiago de Compostela. Impresionante, nunca deja de sorprenderme, de noche más aún.
Aprovecho, además, para estrenar de manera oficial la cámara réflex y hacer mis primeros pinitos…
Santiago es un lugar que enamora, perderse por sus calles y plazas es perderse en la historia y el tiempo.
Praia de A Pregueira
Tras dejar el coche en el taller por tercera vez por problemas eléctricos, día de playa en A Pregueira, cerca de A Lanzada. Comenzamos con un bañito, comida en el chiringuito y más bañitos. Calamares, churrasco y chorizos criollos.
Y terminamos con el espectacular atardecer con la Illa de Ons dominando el horizonte…
…hasta que el sol se esconde.
Praia de Aguete
Si de pegarnos un baño por la mañana para volver a comer a casa hablamos, la elección es, sin lugar a dudas, Aguete, en Marín. Recogida, de arena blanquísima, agua transparente y, como no, un buen bar al lado :).
Todo ello después de recoger el coche y soltar 500euros del alternador… ¡qué bien sienta algo así en plenas vacaciones!
Illa de Arousa
Tarde de playa y excursiones en a Illa de Arousa, desconocida e impresionante por igual.
En la parte norte de la isla encontramos el faro convertido en cafetería y su entorno.
Un poco más abajo nos metemos de lleno en uno de esos tradicionales pueblos pesqueros de los que ya quedan pocos en Galicia. A Illa todavía mantiene, pese al turismo, ese toque marinero que lo hace encantador. Aquí se come increíblemente bien y barato.
Al sur de la isla se encuentra Carreirón, Parque Natural y Reserva Natural. Playas, marismas, bosques… impresionante, seguramente lo más desconocido de la isla. Eso sí, cuidado con los mosquitos…
Y el atardecer en A Illa de Arousa, simplemente espectacular.
Cambados
De vuelta hacia Pontevedra, parada técnica en Cambados para cenar en A Casa da Leña un año después. Variado de embutidos y quesos, chipirones y zorza :).
Monasterio de San Estevo de Ribas de Sil
Nuestros paseos por el sur de Galicia terminaron en la Ribeira Sacra, concretamente en el Monasterio de San Estevo, hoy convertido en Parador Nacional. No tenía ni idea de que había sido restaurado, cosas del exilio :P, pero me pareció impresionante… impresionantemente apartado del mundo civilizado quería decir :), y es que para llegar allí tienes casi que hacer rally por esas carreteras.
Pero os aseguro que vale la pena el viaje, ya no sólo por el monasterio en sí mismo, que es increíble, sino por el entorno prilegiado y las vistas. Todo es espectacular. Lástima que en el Monasterio sólo dejen visitar el claustro, el resto es “sólo para huéspedes” :P.
Sólo un par de días después de pasar por allí nos enteramos que el diario británico Daily Telegraph acababa de elegirlo como uno de los cuatro mejores monasterios reconvertidos a hotel del mundo mundial, casi nada… y aquí, al lado de casa como quien dice.
Cañones del Sil
Desde el Monasterio de San Estevo nos metemos de lleno en la Ribeira Sacra, la zona donde el río Sil confluye con el Miño creando un magnífico entorno de desfiladeros. Podemos recorrer la zona en catamarán, un paseo de un par de horas. La verdad es que esperaba bastante más, pero aún así resulta interesante.
Si os fijáis un poco en la siguiente foto veréis los viñedos en las laderas de la cuenca del río y abajo de todo una barca, y es que éste es el único medio para llegar a estas cepas. ¿Os imagináis cómo tiene que ser la vendimia? La característica humedad de la cuenca y el sol dan a los vinos de la Ribeira Sacra ese toque especial que los hace inconfundibles.
Con esto finalizamos la primera parte de nuestras vacaciones de verano. Mañana nos vamos hacia el norte de Galicia, no os lo perdáis :P.