Archivo de la categoría: R.I.A.

Mi pequeña biblioteca técnica

Hoy voy a mostraros la pequeña colección de libros técnicos que he ido acumulando durante los últimos diez años. A tiempo pasado me he dado cuenta de que una gran mayoría de ellos no pintan nada ya en la estantería ya que son tecnologías desfasadas o superadas por nuevas versiones, tal es el caso, por ejemplo, de Visual Basic 6.0, Windows NT, Oracle 8i… Otros pueden servir aún como introducción general (Java2, SQL Server, MySQL, etc.), pero nunca serán un referente en sí mismos ya que están también “anticuados“. Bien es verdad, y considero importante puntualizarlo, que el grueso de mi biblioteca data del periodo 2000-2005, los últimos años apenas he comprado nada, Internet es, sin lugar a dudas, la biblioteca particular de todos nosotros. Mis últimas adquisiciones tratan temas más relacionados con la gestión (de proyectos, personas y negocios) que con la tecnología en sí misma, y es que estos últimos no pierden su capacidad de enseñanza, con los años siguen ahí para quien quiera consultarlos.

Estos son mis libros, agrupados, más o menos, por temática. Indico entre paréntesis el/los autor/es y la editorial, a continuación el año en que lo compré y una pequeña reseña del mismo.

  • Sistemas Operativos:
    • Guía completa de Microsoft Windows NT Server 4.0 (Russel y Crawlord, Mc Graw Hill), 2000. Con este y los dos siguientes aprendí todo lo relacionado con redes Windows, controladores de dominio, usuarios, etc. En su momento me fueron de muchísima utilidad e incluso gracias a ellos llegué a impartir formación sobre Windows NT, ha pasado mucho tiempo ya.
    • Windows NT 4.0 Server, instalación y gestión (J.M. Martínez y M. Martínez, Prentice Hall), 2000.
    • Windows NT Server 4.0 (Anaya Multimedia), 2000.
    • Linux Máxima Seguridad (Anónimo, Sams), 2002. En su momento me pareció una joya y me sirvió para profundizar y mejorar considerablemente mis conocimientos en temas de seguridad, auditoría e IDS en sistemas Linux. Aún sigo haciendo alguna consulta de vez en cuando.
    • El Libro Oficial de Red Hat Linux – Firewalls (Bill McCarty, Anaya Multimedia), 2003. Fundamental junto al anterior en mi formación sobre sistemas de red avanzados bajo Linux. También sigo echándole un ojo de vez en cuando aunque en Internet esté toda la información más que explicada.
  • Programación y lenguajes:
    • Teach yourself Java2 in 21 Days Second Edition (Lemay & Cadenhead), 2001. Un clásico. Con la primera edición aprendí Java allá por 1996. Con este libro recuperé mi formación en Java, importante en aquel momento.
    • Core Servlets and Java Server Pages (Marty Hall), 2002. Tras mejorar mis conocimientos de java con el anterior y junto al siguiente, aprendí todo lo relacionado con aplicaciones web en Java. En su momento me parecieron un par de libros fundamentales.
    • More Servlets and Java Server Pages (Marty Hall), 2002.
    • Creación de sitios web con XML y Java (Maruyama, Tamura y Uramoto, Prentice Hall), 2002. Lo compré a raíz de los anteriores, supongo que lo habría visto recomendado en algún lado, pero no recuerdo que me pareciese un libro impactante.
    • Learning Perl 3rd Edition (Schwartz & Phoenix, O’Reilly), 2002. Necesitaba algo de formación en Perl pero nunca llegué a leérmelo entero, más que nada porque nunca llegué a necesitar un nivel avanzado en Perl.
    • ActionScript con FlashMX Edición Especial (Prentice Hall), 2003. Sin duda otro libro básico en mi formación. Gracias a él aprendí todo lo relacionado con ActionScript, algo que me ayudó enormemente a dar el paso a Flex algún tiempo después.
    • Desarrollo de juegos con J2ME (Manuel J. Prieto, Ra-Ma), 2005. Un proyecto fracasado :P, en aquel momento tenía algunas ideas en la cabeza pero nunca llegué a leerme este libro.
    • Visual C#.NET (Fco. Charte Ojeda, Anaya Multimedia), 2004. No lo compré, llegó a mis manos por casualidad y tampoco hice nada con él.
    • Enciclopedia de Microsoft Visual Basic 6.0 (Fco. Javier Ceballos, Ra-Ma), 2000. Sin lugar a dudas fue básico en mi formación inicial allá por el año 2000. Hoy está completamente desfasado gracias a la tecnología .NET, pero en aquel momento era imprescindible. Creo que fue el primero de todos.
    • Programación de Active Server Pages (Hillier & Mezick, Mc Graw Hill), 2000. Gracias a este libro conseguí mi primer trabajo de programador web. Corría el año 2000 y comenzaba mi carrera profesional. Junto al anterior, fueron mis primeros libros.
    • XML (Óscar González, Anaya Multimedia), 2001. Cuando estaba aprendiendo Java, no recuerdo por qué, necesitaba conocimientos avanzados en XML y este pequeño libro de bolsillo me dio lo que buscaba.
    • WebServices (Joan Ribas Lequerica, Anaya Multimedia), 2003. Lo mismo que el anterior pero para WebServices, va al meollo del asunto sin complicaciones.
    • La Biblia ASP.Net (Mridula Parihar, Anaya Multimedia), 2009. Mi última adquisición. Por cuestiones profesionales he de ponerme las pilas con .NET, ahí lo tengo esperando :P.
    • The Pragmatic Programmer – From Journeyman to Master (Andrew Hunt & David Thomas, Addison Wesley), 2006. Fundamental para cualquier programador, todo lo que cuenta es completamente lógico y de cajón, tanto que muchas veces lo olvidamos todo.
    • The Unified Modelling LAnguage User Guide Second Edition (Booch, Rumbaugh & Jacobson, Addison Wesley), 2007. La biblia del UML.
    • UML y Patrones Segunda Edición (Craig Larman, Pearson – Prentice Hall), 2005. Empieza bien, pero me lo dejé a mitad, es bastante espeso. Espero retomarlo pronto.
    • The Zen of CSS Design (Dave Shea & Molly E. Holzschlag, New Riders), 2005. Éste y el siguiente me ayudaron considerablemente a entrar en el mundo del CSS, hay miles de recursos en Internet, pero no está de más tener algo de ayuda “a mano“.
    • Stylin’ with CSS – A Designer’s guide (Charles Wyke-Smith, New Riders), 2005.
    • Usabilidad – Diseño de sitios web (Jakob Nielsen, Prentice Hall), 2002. Completamente imprescindible. Recuerdo cómo me impactó su lectura y cómo me abrió los ojos hacia el desconocido campo de la usabilidad en un momento donde no estaba tan de moda como ahora. Todos los que trabajamos en diseño de software deberíamos leerlo, no es que aporte nada concreto, lo importante es la visión global que te hace tener sobre cómo deben pensarse las cosas que fabricas teniendo en cuenta en quién las utilizará.
  • Bases de datos:
    • Oracle 8i Guía de aprendizaje (Abbey, Corey y Abramson, Oracle Press), 2001. Este libro me permitió salir airoso de una tarea que me habían encomendado por aquella época, gracias a él conseguí aprender los conceptos básicos de Oracle.
    • Oracle 9i – Servidor de aplicaciones, red y programación (Cesa Pérez, Ra-Ma), 2003. La idea era prolongar los conocimientos que había alcanzado con el anterior, pero al final todo se quedó en nada ya que profesionalmente me aparté de Oracle.
    • MySQL  Edición Especial (Paul DuBois, Prentice Hall), 2001. La lectura de este libro fue fundamental para mi en aquel momento, con él aprendí a tunear y optimizar un sistema con una elevada carga. En 2001 no había tanta literatura al respecto en Internet como hay hoy en día.
    • Microsoft SQL Server a Fondo (Soukup, Mc Graw Hill), 2001. Mi primera toma de contacto con la base de datos de Microsoft.
  • Management y gestión de proyectos:
  • Negocios y emprendedurismo:
    • El Manifiesto Cultrain (Levine, Locke, Searls & Weinberger, Deusto), 2008. Un clásico sobre la gestión de negocios en Internet orientado hacia el trato con el cliente, la apertura de información en ambos sentidos, etc.
    • El Arte de Empezar (Guy Kawasaki, Ilustrae), 2007.  Otro clásico. Kawasaki expone su experiencia en la creación y desarrollo de startups.
    • El libro negro del emprendedor (Fernando Trías de Bes, Empresa Activa), 2008. Sería el equivalente en  español al de Guy Kawasaki. Muy recomendables los tres en todo caso.
  • Multimedia:
    • Premiere 6.5 (Antonio Paniagua Navarro, Anaya Multimedia) 2002. Con este pequeño manual dí mis primeros pasos en la edición de vídeo digital.
    • Adobe AfterEfeects 5 (Anaya Multimedia), 2002. Y con este otro profundicé un poco en ellos :).
    • Photoshop 5.5 para Windows (Miguel Angel Casanova González & Azucena González Ajenjo, Anaya Multimedia), 2001. Nunca llegué a leerlo, ni ganas de hacerlo :P.

Como conclusión, lo que os comentaba anteriormente. La mayoría de libros decentes sobre lenguajes de programación son muy caros y su vida útil es, como mucho, un par de años, a no ser que sea algo más tradicional como C ó C++. Hoy en día en Internet hay literatura de sobra para aprender cualquier cosa, la única pega que teníamos era tener que pegarte al monitor para leer un pdf o imprimirlo. Por suerte, la bajada de precios de los ebooks hace que durante los próximos meses asistamos a una migración paulatina de lectura técnica hacia los libros electrónicos, y es que así ya puedes ojear tranquilamente ese pdf de Python que tienes pendiente ;).

Adobe AIR XIII – Copiar y pegar desde un DataGrid a Excel

Una de las típicas cosas que necesitamos siempre en una aplicación que presenta una lista de datos es la opción de exportar a Excel. En el caso del que hablamos hoy, necesitaba copiar los datos que se presentaban en un DataGrid de una aplicación AIR. La solución fácil habría sido lanzar una tarea de servidor que, con ayuda de alguna librería de conversión a formato Excel, devolviese el archivo xls. Pero no me gustaba la idea ya que implicaba una latencia absurda, si ya tengo los datos en mi aplicación, ¿por qué pedirlos de nuevo al servidor?

La solución que se me ocurrió es muy sencilla, copiar los datos del DataGrid al portapapeles de manera que se puedan pegar en un archivo Excel automáticamente, y que, por supuesto, mantenga el formato.

Lo complicado de todo esto no es copiar los datos sino mantener las columnas. En realidad no es que sea difícil, más bien hay que saber como generar la cadena de texto para que Excel la entienda. La solución es simplemente generar una cadena de valores separados por tabuladores y copiarla al portapapeles, automáticamente al pegar en Excel éste entenderá el formato de columnas y filas a la perfección.

Sabiendo la teoría, pasemos a la práctica. Lo que haremos será, para el DataGrid en cuestión, recorrer una a una todas sus columnas y recuperar el valor del DataProvider en ella. Tan sencillo como esto:

private function DataGridToExcel(dataGrid:DataGrid):String{
	var cadena:String = "";
	var valor:String = "";
	var saltodeLinea:String = "n";
	var data:Array;

	if (Capabilities.os.indexOf( "Mac" ) >= 0)
       	    saltodeLinea="r";

	for (var i:int = 0;i< dataGrid.columns.length-1)
            cadena+= '"' + dataGrid.columns[i].dataField+ '"';
            if (i < dataGrid.columns.length-1)
                cadena+= "t" ;
	}
	cadena+= saltodeLinea; 

	data= ArrayCollection( dataGrid.dataProvider ).source;

	for each (var item:Object in data){
		for(var k:int=0; k < dataGrid.columns.length; k++) {
			if (dataGrid.columns[k].labelFunction != undefined){
				valor= dataGrid.columns[k].labelFunction(item, dataGrid.columns[k]);
			}else{
				valor= item[ dataField ];
			}

			var pattern:RegExp;
			if (valor){
				pattern = /["]/g;
				valor= value.replace( pattern, "" );
				valor= '"' + valor+ '"';
			}else{
				valor= '""';
			}
			cadena+= valor;
			if (k < dataGrid.columns.length - 1){
				cadena+= "t";
			}
		}
		cadena+= saltodeLinea;
	}
	return cadena;
}

A mi me gusta añadir la opción como menú contextual del DataGrid, de manera que al hacer click con el botón derecho sobre el mismo se abra un menú con la entrada “Copiar a Excel“. Para hacerlo de manera reutilizable podemos hacer una llamada de este estilo en los DataGrid donde queremos utilizarlo:

private function addCopyEventDtg(dtg:DataGrid):void{
	var _contextMenu:NativeMenu=new NativeMenu();
	var _copyMenuItem:NativeMenuItem = _contextMenu.addItem(new NativeMenuItem("Copiar a Excel"));
	_copyMenuItem.addEventListener(Event.SELECT, function(event:Event):void {
		System.setClipboard( DataGridToExcel(dtg) );
	});
	dtg.contextMenu=_contextMenu;
}

Y lo lanzamos de la manera más obvia:

addCopyEventDtg(nombreDeTuDataGrid);

Este sería el resultado:

No se a vosotros, a mi me sirve :P, y queda muy aparente la cosa :).

Adobe Air XII – No se puede instalar la aplicación, este instalador no se ha configurado correctamente

Recientemente he tenido que modificar una aplicación AIR y, ya de paso, me dio por convertirla a Air2. Todo iba bien hasta que la subí al servidor para que a todos los usuarios les apareciese automáticamente la actualización pero una vez comenzaba la instalación salía el siguiente mensaje:

No se puede instalar la aplicación, este instalador no se ha configurado correctamente

Tras googlear un poco lo único que encontré es que normalmente se debe a que la has publicado con un certificado distinto al que tenía la versión anterior, pero no era mi caso. Y así, de repente, me acordé que para utilizar la instalación automática se necesitaba el publisherID y pensé, ¿no será algo de eso?.

Así es que revisé el descriptor de la aplicación Aplicacion-app.xml y me encontré con un nuevo nodo comentado:

<publisherID></publisherID>

Lo descomenté y le añadí mi publisherID que se obtiene de la versión anterior instalada en:

RUTA_DE_INSTALACION_DE_TU_APPMETA-INFAIRapplication.xml

Publicas de nuevo la aplicación y todo solucionado, se actualiza perfectamente :).

Adobe Air XI – Despliega tus aplicaciones directamente desde la web

Vuelvo con un artículo sobre la serie que hice hace algún tipo acerca de Adobe Air.

Uno de los principales problemas con los que me he encontrado al desarrollar con Air es a la hora del despliegue, ya que los clientes deben instalarse primero el framework y después la aplicación, lo que da lugar a muchas dudas y potenciales problemas. Para solucionarlo existe una librería de Adobe que permite saber si un cliente tiene instalado el framework y tu aplicación directamente desde una página web y lanzar la instalación de ambos en caso de que no los tenga, de esta manera los usuarios no tienen que descargar nada, todo muy sencillo e intuitivo.

Para interactuar con esta librería existe además una pequeña aplicación Flash que se distribuye con el sdk de Flex con los conceptos básicos: comprobar si el cliente tiene el framework y lanzar la instalación si es necesario. La podéis encontrar en:

C:Archivos de programaAdobeAdobe Flash Builder 4sdks4.0.0samplesbadge

Sin embargo puede ser realmente tedioso configurarla y programarla adecuadamente, así que existe Badger, una aplicación AIR que enmascara todo este proceso con un sencillo asistente donde rellenas los parámetros, incluidas las cadenas de texto a utilizar, y te genera el código necesario. Puedes descargarla aquí.

Al ejecutarla veremos la pantalla principal.

Por defecto solo hay un template, así que el primer menú lo podemos obviar. Con el segundo seleccionas tu aplicación AIR para que Badger cargue automáticamente algunos de los parámetros y, cuando has terminado, con la última opción “Export badge” generas el código.

Dentro de la configuración hay dos campos importantes. “application url“, debes introducir la url completa (con http://) desde donde se descargará la aplicación, y “publisher ID“, donde tienes que seleccionar la ruta donde la tienes instalada localmente para que Badger lea automáticamente este dato, imprescindible para comprobar si el cliente ya la tiene instalada.

Al subir todos los archivos generados a tu web (el html puedes integrarlo adecuadamente) y cargar la url en un navegador verás algo parecido a esto suponiendo que no tienes la aplicación (o el framework) instalados.

Al hacer click en “Instalar”, si no tienes el framework instalado, te pedirá autorización y comenzará la descarga:

Para finalmente acabar instalando tu aplicación.

Si el cliente ya tuviese la aplicación instalada podremos lanzarla automáticamente también. Para conseguirlo es necesario, primero, que en el descriptor de la aplicación hayas configurado el siguiente parámetro a “true“:

<allowBrowserInvocation>true</allowBrowserInvocation>

Ahora, si el cliente ya tiene nuestra aplicación, veremos algo como esto:

Y al hacer click en “Lanzar ahora” nuestra aplicación se cargará ella sola :).

Como veis es muy sencillo para el cliente instalar así nuestras aplicaciones AIR, nada que ver con tener que descargar el framework por un lado y la aplicación por el otro.

Adobe Flash Catalyst, integración completa entre diseño y desarrollo de RIA’s

El artículo anterior me ha llevado a preparar otro sobre Flash Catalyst porque creo que marcará un antes y un después en el desarrollo de aplicaciones. Ojo, no he dicho nada de desarrollo web sino de aplicaciones, sean online o de escritorio (AIR).

Flash Catalyst se encuentra ahora en su beta2, no conozco exactamente el roadmap definitivo pero imagino que la versión final saldrá a principios del próximo año.

La importancia de este producto es seguramente mayor a la que cabría esperar ya que estos días se ha sabido que habrá soporte nativo para Flash en el iPhone y que antes de final de año probablemente lo haya también para los sistemas operativos más populares para móviles (Windows Mobile, Palm webOS, Android y Symbian OS). Hablamos de Flash 10.1, no de Flash Lite. Menuda revolución será poder desarrollar juegos y aplicaciones para móviles sin Java, probablemente mucho más vistosas y compatibles.

Pero vamos al objeto de este artículo. Como he comentado,  vamos por la segunda beta de Flash Catalyst. La probé ayer mismo y por casualidad. Al hilo de mi anterior artículo llegué a casa dispuesto a comprobar qué era aquello que había comentado el profesor del curso, recordaba haber instalado la primera beta pero no había hecho absolutamente nada con ella. Entonces entendí el porqué. Era una aplicación imposible de manejar, pesadísima, lentísima, consumía prácticamente todos los recursos de tu equipo. En su momento no pude ni darle una oportunidad, pero ayer, al ver que había una nueva beta, decidí probarla, ya que en las “release notes” uno de los puntos más destacados que se comentaban eran las considerables mejoras en el rendimiento global de la aplicación. Y así es, con esta beta sí que ya te apetece probar el producto y descubrir una herramienta fantástica, en serio. Pero no lo olvidemos, una herramienta para diseñadores, o mejor aún, para que los diseñadores y los programadores colaboren estrechamente y que permitirá crear aplicaciones con interfaces de usuario increíblemente avanzadas, y es que ésta, aunque no lo parezca, es la finalidad de Catalyst, llegar al siguiente escalón donde Flex no llegaba y, de paso, poner de nuevo en el meollo del trabajo a los diseñadores, algo abandonados por Adobe los últimos años.

Ojo a un detalle. Adobe presentó por primera vez esta herramienta en octubre de 2007 en el Adobe Max y la presentó funcionando, pero aún así han tardado más de dos años en ponerla a punto.

La teoría de Catalyst es sencilla. Que el diseñador diseñe y que el programador programe, y que para hacerlo no tengan que aprender ninguno de los dos casi nada nuevo. El diseñador seguirá trabajando con su Photoshop o su Illustrator de toda la vida y el programador hará lo propio con Flex. Entre los dos mundos se sitúa Catalyst.

catalyst

Una vez el diseñador tiene la aplicación bien diseñada y preparada en Photoshop, importa directamente el PSD en Catalyst, con lo cual se importan correctamente las características que cada capa tenía allí. En este momento aparece la verdadera utilidad. Desde Catalyst se convierten los elementos del diseño inicial en componentes de Flex (botones, cajas de texto, listas…) con sólo hacer click en un menú. Se pueden incluso añadir ciertos eventos, cambios de estado, transiciones, efectos… todo de manera gráfica e intuitiva sin necesidad de escribir código alguno (sí, en serio). En realidad parece que lo que hace Catalyst es poquísimo, ¿cómo han podido tardar tantos años en hacer esto? Si has programado en Flex o has tenido que convertir un diseño desde Photoshop, sabrás lo que supone. Desde el propio Catalyst puedes probar el proyecto, se convierte a swf, incluso lo puedes compilar directamente en una aplicación AIR, pero lo mejor de todo es que los proyectos Catalyst se importan directamente en Flex4 para que el programador le añada toda la funcionalidad necesaria.

Digamos que es una herramienta a medio camino entre el entorno de animación Flash de toda la vida y Flex. Con Catalyst (creo) no podrás hacer animaciones ni virguerías varias, pero crearás aplicaciones con una interfaz de usuario impresionante, justo lo que hasta ahora era, si no imposible, complicadísimo.

La aplicación hace lo que quiere el programador con la apariencia que quiere el diseñador. Esto, hasta hoy, era bastante utópico.

Sobre diseñadores, programadores y formación

El pasado sábado un buen amigo me pidió que le acompañase a un seminario sobre Flex. No me apetecía mucho, y menos aún madrugar un fin de semana, pero es lo que tiene la amistad. Al final resultó que era un pequeño avance de lo que sería un curso de formación continua de 30 horas sobre desarrollo de RIA con Flex3. El profesor era programador profesional y bastante majete, pero mi sorpresa llegó cuando preguntó a la sala por el perfil profesional que teníamos. Para un curso de desarrollo había aproximadamente 28 diseñadores sobre 30 personas. Mi cara de asombro fue abrumadora, alguien no había entendido de qué iba la movida. Mi amigo, perro viejo ya en estas lides, no se cortó un pelo y comenzó a preguntar sobre las salidas de una herramienta como Flex para un diseñador, y ahí llegó lo peor, el profesor hizo una defensa a ultranza de las posibilidades que tenía, obviamente siempre bajo su punto de vista de programador, para muestra un botón:

Es muy sencillo, no tienes que saber programación, casi todo se hace con una línea de código. Yo tardé muy poco en comenzar a trabajar, aunque es verdad que tenía experiencia programando en muchos otros lenguajes.

De verdad, yo estaba alucinando. Lo peor es que convenció a mucha gente, y no lo digo por él, que me parece fenomenal que se gane un dinero, lo digo por la utilidad de un curso así para un diseñador. Tampoco debemos olvidarnos del otro lado de la ecuación. Con lo fácil que es hoy en día informarte y documentarte sobre una herramienta, la gente acude sin saber absolutamente nada acerca de lo que es Flex y para qué sirve.

En mi humilde opinión hubiese mejorado considerablemente el curso si hubiese optado por cambiar la orientación hacia skining puro y duro en Flex, una de las tareas más complicadas (los programadores tampoco son diseñadores) y a la vez desconocidas y con más salidas (bajo mi punto de vista), pero claro, él tampoco tenía los conocimientos adecuados para dar un curso de diseño, así son las cosas. En varios momentos de la charla hizo referencia a Adobe Flash Catalyst, la nueva gran herramienta de Adobe que llevará a desarrollar RIA’s de próxima generación, la simbiosis perfecta entre diseño y programación, pero se limitó a decir cosas como: “según la demo que nos hicieron en junio“, “por lo poco que he visto“… ¡Podías haberla probado tu mismo! Y es que os aseguro que será una revolución, una integración absoluta entre apariencia y funcionalidad.

Y todo esto me lleva al meollo de la cuestión: la gran mentira de la formación (de cualquier tipo) en este país. A principios de esta década impartí varios cursos, se pagaban muy bien y era una muy buena oportunidad, pero mi ética me obligó a abandonar la formación. Os pondré un par de ejemplos:

  • Allá por 2000 impartí un curso de 20 horas sobre Windows NT (¿quien se acuerda de eso? 😛 ) para trabajadores de Xerox. Patético. A los asistentes lo único que les interesaba era saber configurar una impresora en una red local, el resto les daba absolutamente igual. Claro, imaginaos el estado anímico de la  gente cuando lo que les interesa de verdad no llega casi hasta el final… Da igual que necesites saber qué son privilegios de administrador o colas de impresión, ellos sólo querían que les explicase lo que necesitaban para su trabajo diario, lógico también.
  • Un año después impartí la parte práctica de un curso sobre comercio electrónico organizado por la Universidad Politécnica de Valencia.  Mi clase versaba sobre el desarrollo de una tienda electrónica (bases de datos, programación, pasarela de pagos…). ¿La audiencia? Estudiantes de últimos cursos de derecho, empresariales, psicología… ya se sabe, créditos de libre elección. ¿A quien se le ocurrió incluir algo tan técnico en el programa de este curso?

Este último ejemplo me llevó a mi primer desengaño con la formación. Las negociaciones las llevé a cabo con una de las cabezas más visibles de la Universidad Politécnica (no diré nombres 😛 ). Un día, comiendo juntos, este personaje me soltó tan libremente:

Tú, si quieres hacer un curso, no tienes más que decírmelo. Preparas un programa, me dices cuánto te quieres llevar, vemos cual sería el coste por alumno y del resto nos encargamos nosotros. Al ser cursos patrocinados por la Universidad siempre hay gente dispuesta a apuntarse y pagar lo que haga falta.

¡Qué inocente era yo de aquélla! Podía haberme forrado pero preferí dejarlo para quien no tuviese problemas morales, no entendía que en un curso medianamente técnico se mezclase gente de perfiles tan dispares llevando la utilidad del mismo al mero canje de créditos o a un diploma con el que rellenar un curriculum.

En aquellos días llegó mi divorcio definitivo con la formación. Acudí a una entrevista en una de esas empresas líderes en Valencia, de esas que se dedican a impartir cursos para certificaciones. Querían organizar un curso sobre desarrollo en C bajo Linux. Os recuerdo que hablamos de 2001, así que me pareció alucinante que a alguien se le ocurriese montar algo de ese calado, si aún hoy es raro ver un curso así imaginaos hace ocho años. Mi conversación terminó casi en discusión, a modo de resumen:

  • Yo:  ¿A qué perfil de alumnos va orientado el curso?
  • NI: A cualquiera que se apunte y pague.
  • YO: No, a ver, no puedes mezclar en un mismo curso a gente que no ha visto Linux en su vida, gente que no sabe programar, gente que ya programa en C bajo Windows y quiere cambiar, gente que tiene conocimientos básicos de programación…
  • NI: ¿Cómo que no? Con que paguen…
  • YO: Pero vamos a ver, ¿quieres que la gente aprenda algo y aprovechen el curso?
  • NI: (silencio…)

Ahí entendí que esto no estaba hecho para mi. No podía engañar así a la gente.
Y esto me lleva de vuelta al comienzo del artículo. De nuevo por aquella época (2001) este amigo mío, en sus ansias por mejorar como diseñador, se planteó tener unos conocimientos mínimos de programación que le permitiesen hacer cosas básicas por su cuenta, así que se me apunta en este último sitio del que os he hablado a un curso sobre Visual Basic 6. Sabéis cómo acabó la historia ¿no? Creo que no llegó ni a asistir una semana.

Esto es una mi@3%6, estoy yo que no tengo ni idea, están los que vienen a clase a plantear problemas que tienen en su trabajo y ver como resolverlos (ya programadores), están los que les da todo igual… imposible aprender nada. Si explica a los que saben, nosotros no nos enteramos de nada, y si nos explica a nosotros los demás se aburren.

Esto, queridos lectores, es la formación (al menos la técnica): dinero, subvenciones y más dinero. Ah, y adelgazar las cifras del paro, no nos olvidemos 😉 . Ah, y lo más triste de todo, no ha cambiado nada en los últimos años, incluso diría que vamos a peor.

Adobe AIR X – Obtener el número de versión de una aplicación durante la ejecución

Parece simple pero, pese a que hay métodos para casi todo en Adobe AIR, no hay manera de saber en tiempo de ejecución el número de versión de una aplicación. ¿Para qué puedes necesitarlo? Pues por ejemplo, como es mi caso, para mostrar la típica pantallita “Acerca de…” donde indiques automáticamente el número de versión. Me diréis, bueno, si, pero puedes tener una variable que actualices con cada cambio de versión. Claro, pero entonces tendría que acordarme de actualizarlo en tres puntos: esta nueva variable, el descriptor de la aplicación y el archivo XML de autoactualización. Si puedo eliminar uno de ellos ¿por qué no hacerlo?

[Bindable]
private var airApplicationVersion:String = "";

private function getVersion():void{
 var appXML:XML = NativeApplication.nativeApplication.applicationDescriptor;
 var air:Namespace = appXML.namespaceDeclarations()[0];
 this.airApplicationVersion = appXML.air::version;
}

Así de fácil tendremos una variable “bindeable” para mostar el número de versión, por ejemplo:

<mx:Text text="Versión {airApplicationVersion}"/>

Espero que os sea útil 🙂 .

Adobe AIR IX – firmar aplicaciones, una cuestión de confianza

Y otro más sobre AIR. A ver si ya es el final de la serie 😛 . Los últimos días me he estado peleando con la firma de aplicaciones AIR, no entendía mucho cómo funcionaba y me extrañaba que, a pesar de tener que firmar siempre una aplicación con un certificado SSL, al instalarla siempre me salía “Editor: DESCONOCIDO“, lo que da muy mala imagen. Ahora lo tengo claro, confundía los términos firmar y confiar. Si no quieres que salga el mensaje en cuestión tendrás que comprar un certificado de firma de software emitido por una entidad certificadora válida (Thawte), una firma de confianza.  Lo malo es que su precio ronda los 300 euros, nada más y nada menos. Personalmente creo que se han flipado un poco pero si no las firmas tus potenciales usuarios tendrán una sensación de inseguridad, tus aplicaciones estarán firmadas pero no se confiará en ellas.

Existe una segunda opción y es crear tu propia entidad certificadora (CA) y firmar tus aplicaciones tú mismo. El inconveniente de hacerlo así es que los usuarios tendrán que tener instalado el certificado de tu CA (los habituales vienen por defecto en el navegador). Como la aplicación en la que estoy trabajando se utilizará en un entorno concreto y definido, puedo utilizar este sistema y ahorrarme un dinero. Además, mis potenciales usuarios ya tienen instalado el certificado de nuestra CA ya que será la misma que utilizamos para generar certificados SSL cliente/servidor. Si firmo la aplicación AIR con la misma autoridad todo irá bien.

En aquel artículo vimos cómo generar tu propia autoridad de certificación, el método sigue siendo el mismo. Sólo necesitaremos OpenSSL:

openssl req -x509 -newkey rsa:2048 -days 3650 -keyout cakey.pem -out cacert.pem

Creamos un par de archivos para mantener la base de datos de certificados emitidos:

echo '100001' >serial
touch certindex.txt

Veamos ahora cómo generamos el certificado para la firma de software. No es fácil saber todas las opciones necesarias para que después funcione la firma, lo mejor es meterlas todas en un archivo de configuración, openssl.cnf:

dir                    = .

[ ca ]
default_ca                = CA_default

[ CA_default ]
serial                    = $dir/serial
database                = $dir/certindex.txt
new_certs_dir            = $dir/certs
certificate                = $dir/cacert.pem
private_key                = $dir/cakey.pem
nameopt                = default_ca
certopt                = default_ca
policy                    = mypolicy
default_days            = 365
default_md                = md5
preserve                = no
email_in_dn                = no

[ mypolicy ]
countryName            = match
stateOrProvinceName        = match
organizationName            = match
organizationalUnitName        = optional
commonName            = supplied
emailAddress            = optional

[ req ]
default_bits                = 1024
default_keyfile            = key.pem
default_md                = md5
string_mask                = nombstr
distinguished_name        = req_distinguished_name
req_extensions            = v3_req

[ req_distinguished_name ]
0.organizationName            = Organization Name (company)
organizationalUnitName            = Organizational Unit Name (department, division)
emailAddress                = Email Address
emailAddress_max            = 40
localityName                = Locality Name (city, district)
stateOrProvinceName            = State or Province Name (full name)
countryName                = Country Name (2 letter code)
countryName_min                = 2
countryName_max            = 2
commonName                = Common Name (hostname, IP, or your name)
commonName_max            = 64

0.organizationName_default        = Xplota Soluciones
localityName_default            = Valencia
stateOrProvinceName_default        = Valencia
countryName_default            = ES
emailAddress_default            = [email protected]

[ v3_ca ]
basicConstraints                = CA:TRUE
subjectKeyIdentifier            = hash
authorityKeyIdentifier            = keyid:always,issuer:always
keyUsage                    = cRLSign, keyCertSign
nsCertType                         = sslCA, emailCA, objCA
subjectAltName                = email:copy
crlDistributionPoints            = URI:http://ca.xplota.com/cert/
nsCaPolicyUrl                = http://ca.xplota.com/policy.html

[ v3_req ]
basicConstraints                = CA:FALSE
subjectKeyIdentifier            = hash

[ air_cert ]
basicConstraints              = critical, CA:false
keyUsage                               = critical, digitalSignature
extendedKeyUsage               = critical, codeSigning
subjectKeyIdentifier            = hash
authorityKeyIdentifier            = keyid:always, issuer:always
subjectAltName                = email:copy
issuerAltName                = issuer:copy
crlDistributionPoints            = URI:http://ca.xplota.com/cert/

Quizás tengas que cambiar alguna ruta a los archivos de tu CA. Son muchas opciones, pero no hace falta que conozcas los detalles.  Generemos ahora nuestro certificado:

openssl req -new -nodes -out air_key-req.pem -keyout private/air_key-key.pem -days 3651 -config ./openssl.cnf -extensions air_cert

Cuando te pida los datos del certificado, muy importante: los relativos a nombre de la organización, localidad, provincia y país tienen que ser los mismos de la CA o no podrás generarlo, pon exactamente los mismos datos. En Common Name debes poner el nombre que quieres que aparezca en vez de aquél “DESCONOCIDO, puede ser el tuyo o el de tu empresa.

Si has llegado hasta aquí sólo nos queda firmar el certificado con la CA.

openssl ca -extensions air_cert -out air_key-cert.pem -days 3652 -config ./openssl.cnf -infiles air_key-req.pem

Cómo vimos con los certificados cliente, el certificado generado no nos sirve de mucho, debemos exportarlo a un formato más estándar:

openssl pkcs12 -export -out air_key.pfx -in air_key-cert.pem -inkey private/air_key-key.pem -name "My Code Key" -chain -CAfile cacert.pem

Hemos terminado. Copia el archivo air_key.pfx a tu estación de trabajo y exporta tu proyecto AIR con este certificado. Si no hay problemas extraños tendrás tu aplicación firmada. Vamos a probarla:

signed air app untrusted
Vaya, no funciona. ¿Qué ha pasado? Sencillo, lo que comentaba al principio, tu sistema no tiene instalado el certificado de la CA con lo cual no confía en tu aplicación. Instalarlo es muy sencillo. Se importa el archivo cacert.pem en la lista de “Entidades Emisoras de Confianza” de tu navegador web.

Veamos ahora qué ocurre si tratamos ahora de instalar la aplicación firmada con nuestro certificado:

air_trus¡Funciona!

Cómo mi entorno es limitado y ya tiene mi CA puedo fácilmente firmar yo mismo mis aplicaciones, en un entorno real más general no sería posible y habría que pagar por la confianza.

Un aspecto muy importante sobre la firma de aplicaciones AIR y a tener en cuenta es que debes firmarla siempre con el mismo certificado, cada nueva versión debe ir firmada con el mismo certificado que utilizaste la priemra vez o tus clientes no podrán actualizar de una versión a otra ya que el mecanismo de seguridad detecta que el certificado es distinto y puede ser una brecha de seguridad.

Espero haberos aclarado un poco el mundo de las firmas y confianzas en AIR.

Adobe AIR VIII – Información encriptada y persistente

Ya hemos visto como trabajar con bases de datos con AIR, sin embargo he deubierto un nuevo método para conservar datos que puede resultar especialmente útil para mantener información sensible, como claves de acceso a servicios, ya que se guarda encriptada. Hablamos de la clase EncryptedLocalStore.

Una de las peculiaridades de esta clase es que es persistente mientras la aplicación no borre sus contenidos, ya que aunque se desinstale los datos siguen ahí, lo que resulta especialmente útil si tus aplicaciones son de pago (guardar licencias) o tienen periodos de prueba (así no se podrá utilizar de nuevo al desinstalar y volver a instalarla).

Cada aplicación dispone de su propia EncryptedLocalStore con lo que los datos que se guarden en una no interferirán con los de otra.

EncryptedLocalStore tiene sólamente tres métodos estáticos (no es necesario instanciar la clase) que permiten guardar, leer y eliminar datos.

  • setItem(“nombre”, valor):  guarda un dato.
  • getItem(“nombre”):  lee el dato.
  • removeItem(“nombre”):  elimina los datos.

Para dar mayor versatilidad al sistema, los datos a guardar deben ser del tipo ByteArray, así que se podrá guardar cualquier dato que se pueda convertir a este tipo y no sólo cadenas de texto.

Veamos un ejemplo:

//guardar datos
var clave:String = "password";
var bytes:ByteArray = new ByteArray();
bytes.writeUTFBytes(str);
EncryptedLocalStore.setItem("clave", bytes);

//leer datos
var datos:ByteArray = EncryptedLocalStore.getItem("clave");
var miclave:String=datos.readUTFBytes(datos.length));

//eliminar datos
EncryptedLocalStore.removeItem("clave");

Extremadamente sencillo y útil, no se como no lo había visto antes, creo que pasa bastante desapercibida esta manera de guardar datos en la documentación.

De esta manera podemos guardar datos sin necesidad de bases de datos. Eso sí, al parecer no deben exceder los 10mb o comenzaremos a tener problemas de rendimiento. Recuerda lo que decía al principio, aunque el usuario desinstale la aplicación los datos de EncryptedLocalStore siguen en su sistema operativo.

Adobe AIR VII – Detectar el modo de inicio de la aplicación

Bueno, pues antes de lo previsto tengo que hacer el primer añadido a la serie de Adobe Air que creía ya terminada 😛 .

La primera curiosidad de hoy se refiere a conseguir que nuestra aplicación se inicie automáticamente al identificarte en el sistema operativo. Muy sencillo:

try{
    NativeApplication.nativeApplication.startAtLogin=true;
}catch(e:Error){
    //el sistema operativo no soporta la opcion
}

Con esto conseguimos que se inicie sóla, pruébalo 😉 . Deberías dejar una opción en algún lado de tu aplicación para que el usuario desactive esta posibilidad, no a todo el mundo le gusta.

La nueva versión 1.5.1 de AIR trajo consigo una interesante funcionalidad para saber si nuestra aplicación ha sido iniciada a mano por el usuario o se ha iniciado automáticamente con el sistema operativo, pero para conseguir que funcione debemos seguir algunos pasos.

Primero debemos actualizar el sdk de AIR a la versión mas reciente desde aquí. Si el sdk de Flex es anterior al 3.3 deberías actualizarlo también desde aquí. El de Flex se descomprime en la carpeta “sdks” de tu instalacion de Flex Builder, el de AIR se descomprime dentro del sdk de Flex que has instalado antes o en el que ya tienes.

Ahora arrancamos Flex Builder y lo primero que haremos será añadir el nuevo SDK de Flex (si lo has instalado) a la lista de sdk’s disponibles. Desde tu proyecto, boton derecho, “Properties” y aquí vas a “Flex Compiler” y a “Configure Flex SDKs…“. Añades un nuevo sdk seleccionando la carpeta donde está instalado, aceptas y en la ventana anterior indicas que utilice este nuevo.

A continuación configuraremos la aplicación AIR donde queremos usar las nuevas funciones, para ello editamos el descriptor de la aplicación, el fichero xml donde se configuran las opciones, y arriba de todo dejaremos la segunda línea así:

<application xmlns="http://ns.adobe.com/air/application/1.5.1">

Es decir, que utiliza el namespace de la versión 1.5.1. Sólo eso.

Ya tenemos todo preparado. La nueva característica consiste en un método del evento InvokeEvent, reason, que nos indica precisamente eso, cómo fue iniciada la aplicación.

Simplemente debemos añadir a nuestra aplicación el detector adecuado y hacer lo que consideres oportuno dependiendo del tipo de iniciación.

<?xml version="1.0" encoding="utf-8"?>
<mx:WindowedApplication xmlns:mx="http://www.adobe.com/2006/mxml" layout="absolute" invoke="detecta(event)">
    <mx:Script>
        <![CDATA[
            private function detecta(a:InvokeEvent):void{
                if(a.reason=="LOGIN"){
                    //la aplicacion se lanza automaticamente al hacer login
                }else{
                    //STANDARD
                    //La aplicacion se ejecuta manualmente
                }
            }
        ]]>
    </mx:Script>
</mx:WindowedApplication>

¿Qué utilidad puede tener? Pues además de las que se te ocurran a ti mismo, puede servir para mostrar o no la ventana de la aplicación si ésta se ha lanzado a mano o “a máquina”.  Por ejemplo, si nuestra aplicación, como vimos en el primer capítulo de esta serie, es de ésas que se quedan residentes en la barra de tareas, puedes iniciarla de distinto modo si la lanza el usuario a mano o si se inicia con el sistema operativo. Normalmente cuando lanzamos nosotros una aplicación esperamos ver la ventana de ésta para utilizarla, mientras que si se lanza sóla preferimos no ver nada, cuando se necesite ya sabemos que está en la barra de tareas y que con un click se abrirá.

Eso es todo. Interesante ¿no? 🙂 .