De la excursión sobre la que os hablaré hoy guardo un muy buen recuerdo, quizás sea porque es de esos sitios de los que a priori apenas conoces nada y no sabes lo que te vas a encontrar o quizás, simplemente, porque nos encantó todo, tanto el monasterio como la ruta de senderismo que existe, y es que sobre eso, queridos lectores, va el artículo de hoy. Podríamos resumirlo en algo así como senderismo histórico :P.
El primer escollo será llegar, nada claro, la verdad. Saliendo de Alzira dirección Tabernes veremos a mano derecha un desvío que señala “La Murta” y, a partir de ahí, continuamos durante unos 4km por una estrecha pista que cruza campos de naranjos hasta que llegamos al aparcamiento donde dejaremos el vehículo.
Es un recinto cerrado, por lo que al entrar deberemos dejar nuestros datos al guardia forestal, junto a la puerta de acceso hay también un plano con las distintas rutas que se pueden hacer. Para comenzar seguimos todo recto el camino hasta que nos encontramos con una cruz de hierro, a la derecha del camino veremos un pequeño sendero que asciende entre el bosque y nos lleva a la Nevera, utilizada antiguamente para guardar y mantener la nieve.
De vuelta al camino original continuamos hasta que llegamos verdaderamente a las ruinas del monasterio al que accedemos a través del puente de Felipe II que salva el barranco de la Murta, llamado así porque en 1586 el mismísimo Felipe II acudió al Monasterio.
La imagen que nos transmiten sus ruinas son terriblemente espectaculares. En estos momentos se realizan trabajos de restauración con lo que estaba completamente vallado el acceso al interior, pero bueno, digamos que nos colamos :P, no podíamos dejar pasar una oportunidad como esta.
El Monasterio de Santa María de la Murta es un antiguo claustro de la orden de los Jerónimos levantado en los s.XIV y XV, centro importante cultural y religioso de la época, como ya hemos visto, con la presencia de Felipe II o del mismísimo San Vicente Ferrer.
El s.XVI es el del verdadero esplendor del cenobio gracias a las donaciones de distintas familias, promoviéndose infinidad de obras y creándose la biblioteca.
El s.XIX marca el declive del monasterio, primero con la venta del órgano mayor y algunas pinturas fundamentalmente y, posteriormente, con la Desamortización de Mendizábal, que llevó al cierre definitivo.
En 1838 pasó a manos privadas y al abandono total, propiciando la expoliación de sus bienes, todo ello agravado con la invasión de la naturaleza que lo rodea. Es precisamente esta simbiosis entre el cenobio y el parque natural el que le da un aspecto inusitadamente majestuoso a todo el conjunto.
El GR-236 es un sendero que recupera una antigua ruta de peregrinación que unía los monasterios de La Murta en Alzira y San Jerónimo de Cotalba en Alfauir. El camino completo tiene unos 90km y discurre por antiguas sendas históricas de origen medieval. Tranquilos, nuestro camino es mucho más modesto :P.
Al final de nuestra ruta habríamos hecho unos 3,5km más o menos, completando dos hitos, la Font de la Murta y el Pas del Pobre, con unos 380m de altitud.
Desde la parte de atrás del monasterio, al lado de la piscina que recogía el agua, comenzamos verdaderamente la ruta de senderismo siguiendo precisamente la canalización que recoge el agua desde la Font de la Murta.
Remontamos el camino que discurre paralelo al agua, sin miedo pero cuidando de no resbalar ya que habrá zonas de piedra resbaladizas mientras que habrá otras de fango, pero no hay más problemas.
No desesperes, parece que el camino no lleva a ningún lado pero a mitad del sendero verás incluso los arcos de un pequeño acueducto del s.XVIII.
Continuando hacia arriba llegamos al final del sendero, junto al origen de la canalización de agua que se mete en una pequeña cueva con una puerta cerrada… desde ahí buscas entre la maleza la continuación del camino que termina encima de esa cueva precisamente, en otro sendero.
Desde ahí tienes las primeras vistas panorámicas de toda la zona, pero tendremos unas aún mejores.
Continuamos en este nuevo sendero a mano derecha y, posteriormente hacia abajo para volver al monasterio. Podríamos haber continuado también hacia arriba para llegar a la Creu del Cardenal, pero preferimos hacer la ruta del Pass del Pobre.
Como decía, de vuelta al camino por el que llegamos inicialmente la monasterio, al otro lado del puente de Felipe II, tomamos un desvío que nos lleva hacia arriba. Aquí comenzamos la verdadera marcha ya que hay algunos tramos con grandes piedras en el camino que hay que salvar y, además, la pendiente es bastante elevada, pero vale la pena.
A medida que comenzamos la ascensión vamos teniendo unas vistas fantásticas de todo el valle. El camino se haya perfectamente señalizado, no hay más que seguir las indicaciones, siempre hacia arriba, esquivando en algunos puntos la maleza.
Y llegamos al final, el alto del Pas del Pobre.
Ahí en lo alto aprovechamos para comer y descansar un poco, la subida había sido agotadora y las vistas pedían un tiempo de relajación y meditación.
Para volver, en vez de hacerlo por el mismo sendero, tomamos, al poco de bajar, un desvío a mano izquierda, bien señalizado también, que nos llevará, en vez de al monasterio, a la casa del guarda a la entrada del parque. Esta ruta es mucho más suave que la utilizamos para subir pero más prolongada, quizás hubiese sido mejor elección subir por aquí y bajar por la otra :P.
Y así regresamos a casa con muy buenas sensaciones y con la promesa de volver para subir a la Creu del Cardenal, ruta más dura que la que hicimos :P.