Aprovechando que mi buen amigo Javi se ha venido a vivir a Valencia por motivos de trabajo, tenía que comenzar a enseñarle las buenas costumbres valencianas. Después de estrenar la noche valenciana el sábado, bastante pobre por cierto en pleno agosto tal y como era de esperar, nos despertamos el domingo como se debe hacer en estas fechas, en la playa. Nada más levantarnos nos fuimos al Saler a pegarnos un baño y tomarnos unas cañas en el chiringuito.
Paella Valenciana
Y llegó el momento de ir a comer. Como suele ser habitual cuando voy al Saler, la comida, sin duda, en Ca Teresa, en el mismo pueblo del Saler, buena relación calidad-precio (guiño personal: no, ni es tuyo ni lo descubriste tu 😉 ). Nuestro menú comenzó con all i pebre (guiso típico valenciano de anguila) y una fritura variada de pescados para terminar, cómo no, con una paella valencia, la que podéis ver en la foto.
Y Javi a punto de disfrutar de su primera paella, pero tranquilo, habra muchas más donde salgas mejor en la foto 😛 .Y además ya sabes comerla 😛 .
La verdad, nos hacemos mayores, no fuimos capaces de terminárnosla, sobró poco pero sobró. La próxima vez habrá que eliminar entrantes.
La Albufera de Valencia
Después de tremenda comida poco nos apetecía volver a la playa a tostarnos al sol, así que improvisamos un recorrido turístico comenzando en la albufera, al lado del Saler mismo.
Declarado Parque Natural en 1986, la Albufera es la laguna más grande de España. Antiguamente era un golfo marino que terminó cerrado y sus aguas alimentadas por distintos barrancos y acequias. Llegó a ser más extensa de lo que es en la actualidad, pero los cultivos de arroz fueron eliminando terreno.
La Albufera tiene tres canales que comunican con el mar y permiten el desagüe del lago mediante compuertas de manera que se controla el nivel del agua y se realiza la inundación de los campos de arroz.
Precisamente el cultivo de arroz alrededor de la Albufera ha creado un importante ambiente de flora y fauna donde el arroz es ya imprescindible para mantenerlo.
Sin duda Ximo podría darnos unas cuentas lecciones al respecto.
Castillo de Cullera
Siguiendo la línea de la costa llegamos hasta Cullera. He de reconocer que tengo debilidad por esta población, ahí llegué por primera vez un 1 de agosto de 1999 y ahí pasé parte de los mejores momentos de mis tres primeros años en Valencia.
No es la mejor época para visitarla puesto que ahora mismo esta llenísima de turistas. El mejor momento es, sin duda, en junio o septiembre si lo que buscas es playa. A mi me encantaba Cullera en invierno, sin calor, sin turistas, sin agobios, con el mar picado… ¡qué recuerdos!
Queríamos bañarnos pero no encontramos donde aparcar, así que nos fuimos directamente al castillo. Yo soy payaso pero Javi… en fin 😛 .
Construido por los árabes en los siglos X y XI, el Castillo de Cullera se encuentra enclavado en una montaña desde la que domina defensivamente el golfo de Valencia y la desembocadura del Júcar que da entrada a la comarca de La Safor, de ahí su importancia histórica ya que defendía completamente Valencia desde el sur. Reconquistada Cullera por Jaime I en 1240, ordenó reconstruir el Castillo y hacerlo más elevado. Fortificado y artillado por las tropas francesas en la Guerra de la Independencia y tras haber tomado parte activa en las Guerras Carlistas, se le adosó el Santuario de la Virgen del Castillo que se puede contemplar hoy en día y que sirvió para hacer desaparecer buena parte de los elementos originales.
En esta panorámica, eso que se ve al fondo que parecen unos verdes prados no lo son, obviamente. No son ni más ni menos que los campos de arroz a punto de estar preparados para la segadora, el mes que viene.
Atardecer en el Faro de Cullera
Tras pegarnos un baño en la playa de San Antoni, la principal de Cullera, y relajarnos en el chiringuito, nos dirigimos hacia el Faro, zona a la que tengo especial cariño pues ahí pasaba muchos fines de semana hace algunos años. Podéis ver el atardecer en la zona del faro con el mar batiendo contra las rocas de la costa.
Cuevas de Dragut
Y ya que estábamos allí mismo, vamos a ver las Cuevas de Dragut.
Según reza la historia, el 25 de mayo de 1550, Dragut, lugarteniente de Barbarroja, atacó y destruyó la ciudad de Cullera al amanecer, obteniendo un importante botín en bienes y prisioneros. Enviados rápidamente refuerzos, se utilizó una cueva para el intercambio de los prisioneros, incrementándose aún más su botín. Esta cueva es la que actualmente se conserva en el Faro de Cullera.
La cueva como tal me gustó, como museo donde pagas cinco euros, la verdad, no 😛 .
La cueva fué utilizada durante la Inquisición como sala de torturas. A lo largo del recorrido se pueden ver objetos de distintas épocas. Interesante en la sala final el bergantín, la colección de armas y los distintos tipos de banderas piratas.
Anochecer en el Faro de Cullera