La excursión de fin de semana de la que hablaremos hoy la tenía apuntada desde hacía mucho tiempo en mi lista pero por una razón o por otra no habíamos podido (o no habíamos querido) hacerla antes. Al final lo logramos, y creedme que bien vale la pena.
Mora de Rubielos
El día comienza en Mora de Rubielos, provincia de Teruel (¡también existe!), donde nada más llegar te impacta la brutal presencia del castillo que domina sobradamente toda la villa gracias a su impresionante envergadura, fijaos simplemente el tamaño de la iglesia a la izquierda respecto al del castillo.
Mora de Rubielos se localiza en la sierra de Gúdar, a escasos 40km de las pistas de esquí de Valdelinares. Probablemente existió un asentamiento ibérico en este lugar del que no ha quedado constancia alguna al igual que de la primera alcazaba musulmana que seguramente hubo. En cualquier caso no ha quedado ningún resto del mismo en el castillo actual.
La historia de Mora de Rubielos, al ser ocupada por los árabes, está íntimamente ligada al periodo de la Reconquista. Alfonso II lo tomó para los cristianos en 1171 y desde entonces y durante 30 años fue el frente cristiano en su asedio al Reino de Valencia.
Tras sucesivas donaciones y herencias el pueblo pasa a manos de Juan Fernández de Heredia (III), nieto de Juan Fernández de Heredia, Gran Maestre de la Órden del Hospital y miembro de una de las ocho familias más importantes de Aragón. Es en esta época cuando el pueblo alcanza su mayor expresión gracias a sus nuevos dueños y cuando se construyen tanto la Ex-colegiata de Santa Maria como el Castillo-Palacio.
Su crecimiento obliga a la construcción de la segunda línea de murallas y tras la Guerra de Sucesión alcanza el título de marquesado y fidelísima por su apoyo a Felipe V. Las posteriores guerras habidas en España dejaron su huella de destrucción en Mora de Rubielos hasta la Guerra Civil.
La Ex-Colegiata fue declarada Monumento Nacional en 1944 aunque quedó completamente destruida tras la Guerra Civil, el nuevo retablo es de 1945, y Mora de Rubielos fue declarada Conjunto Histórico-Artístico en 1978. Desde entonces podemos disfrutar de uno de esos pueblos donde cada piedra y cada sillar tienen casi mil años de historia que contar. Por cierto, Ex-Colegiata viene de haber perdido la condición de Colegiata en 1851.
Recorrer las calles de Mora de Rubielos es ir descubriendo casonas y palacetes, balcones y fachadas que evocan otras épocas. Sin lugar a dudas es una de esas visitas obligadas, y es que este pueblo no es sólo el Castillo o la Excolegiata, son sus portales (Primer Portal, Portal de Cabra, Portal de Rubielos), son sus casas, sus calles y plazas, sus ermitas.
Tampoco debes perderte los alrededores del pueblo, un paraíso para el senderismo.
Las murallas
En la colina frente al castillo nos impactan los restos de la antigua muralla, aún bien apreciables y que nos dan idea del tamaño que un día debieron tener.
Se puede subir a las dos torres y de una a la otra se va por encima de la muralla. Están bastante restauradas, obviamente, pero evocan la grandiosidad que un día debieron tener.
Las vistas del pueblo desde la muralla son sublimes, la primera foto del artículo está sacada desde allí.
El Castillo
Y llegamos al castillo. Es un recinto fortificado con planta de cuadrilátero irregular a medio camino con un palacio. La plaza de armas central, descubierta, tipo claustro, es espectacular, con las salas del edificio distribuidas a su alrededor en dos alturas a las que hay que sumar los sótanos.
A lo largo de su historia ha sido desde convento a cárcel pasando por cuartel militar durante la Guerra Civil, quedando finalmente en ruinas hasta que fue completamente restaurado en los años 70.
Tiene cuatro torres poco más altas que la estructura general, una de ellas sirve de entrada al recinto. En otra, probablemente la antigua armería, se ha instalado un museo etnográfico, no es nada del otro mundo en sí mismo, pero gana muchos puntos por el entorno en el que se encuentra.
En otra de las torres se encuentran las antiguas mazmorras, completamente restauradas y visitables y todavía conservan algunas de las argollas a las que eran encadenados los presos.
Finalmente, en las distintas estancias se encuentran las antiguas dependencias del palacio. Salones, cocina, despensa, etc. Todo completamente restaurado, eso sí. Se puede visitar los fines de semana de todo el año y todos los días de julio y agosto. Es un destino clásico para los valencianos :).
La verdad es que el castillo nos encantó, es una mole de piedra con grandes muros en mitad de un pequeño pueblo.
A comer
Íbamos con la idea de comer en El Rinconcico, del que todo el mundo habla maravillas, pero fue imposible, tienen muy pocas mesas y sin reserva es rarísimo que consigas comer. Otra vez será. Acabamos comiendo en el Restaurante La Carrasca, en la carretera de entrada al pueblo, donde presumían de ser especialistas en carnes a la brasa, y así fue.
Delicias de Teruel
Aceptable y punto, hemos tomado mejor jamón D.O. Teruel.
Entrecot a la brasa
Espectacular, en la foto no se aprecia el tamaño del bicho en absoluto, grande, gordo, sabroso, muy sabroso. La única pega, un poco hecho de más, sin llegar a estar hecho del todo. Me gusta la carne muy poco hecha.
Pollo a la brasa
Sencillo pero perfecto también. Muy bien hecho y sabroso.
Es un sitio que engaña, la apariencia una vez entras es de restaurante de carretera, pero es cierto que perfecto para comer carnes. No busques refinamientos ni un servicio profesional, es un restaurante familiar de menú del día, pero saben vender carne :).
Rubielos de Mora
Con la barriga llena continuamos el viaje al pueblo de al lado, 12km de viaje nada más, y de nombre muy parecido.La verdad es que no he encontrado apenas información sobre la historia del pueblo, así que me tendré que ahorrar toda esa parte, me habría gustado saber algo más. Aunque se han encontrado restos ibéricos y romanos, las primeras referencias de la ciudad llegan durante la Reconquista allá por el 1194. Posteriormente el crecimiento y su floreciente comercio obligan a la construcción de la muralla exterior y más tarde conseguirá el título de villa otorgado por Pedro III de Aragón en 1366.
Rubielos de Mora es muy parecido a Mora de Rubielos en el sentido de que son dos villas con un caracter medieval muy pronunciado y bien conservado, ámbas son muy bellas y tienen un encanto que pocos lugares llegan a lograr sin ser “pueblos Pin-y-Pon“, es decir, excesivamente restaurados. Y sin embargo son completamente distintas. Mora, pese a mantener ese caracter medieval, queda completamente empañado por la majestuosidad del castillo, mientras que en Rubielos vives mucho más el pueblo en sí mismo, sus calles, sus casas, sus palacios, son dos sensaciones distintas.
Rubielos recibió en 1983 el premio Europa Nostra, por su labor de restauracion y conservación, bien merecido. Todos los detalles están cuidados, calles, plazas y casas limpias y restauradas conservando las fechadas y las esencias originales de manera armoniosa.
En su día hubo un castillo en Rubielos de Mora, pero está prácticamente desaparecido, quedando apenas algún muro en el barrio más antiguo del pueblo.
A lo largo de tu paseo por Rubielos te asombrarás de las casas y palacios con los que te vas cruzando, da igual a quian hayan pertenecido, condes, marqueses o simples artesanos, girarás la cabeza a ámbos lados buscando y admirando aleros de madera, arcos o simplemente fachadas. Rubielos es la localidad aragonesas con más casas señoriales, casi nada. Contra el caracter noble de Mora, Rubielos era lugar de artesanos y comerciantes y fueron ellos los que consiguieron darle explendor.
Rubielos, y el conjunto que forma junto a Mora, son uno de los lugares más bellos de todo Aragón, desde que atraviesas el Portal de San Antonio te ves inmerso en una vorágine de sensaciones a cada paso más gratificantes.
Pero Rubielos tampoco es sólo el pueblo, no dejes de preguntar por los alrededores.
Aquí puedes saber un poco más de Rubielos de Mora.
Nuestra excursión termina aquí. Nosotros estuvimos en noviembre, los días ya son cortos y no tuvimos tiempo de más, pero si puedes o te entretienes menos que nosotros, puedes continuar visitando pueblos como Mosqueruela, La Iglesuela del Cid o Puertomingalvo.